Todos los años, sin falta y pese a los estragos del cambio climático, unas hermosas gigantes llegan a las aguas del Pacífico colombiano con dos claras intenciones: aparearse y dar a luz sus crías.
Un lugar bendecido por la naturaleza, estos animales que superan los 15 metros de longitud y los 30.000 kilográmos encuentran allí la temperatura del agua ideal para reproducción, junto a la posibilidad de poder tener una alimentación fundamental para ellas y sus crías.
Así, entre mediados de julio y finales de octubre, algunas incluso se amañan tanto y se quedan hasta noviembre, ellas se instalan cerca a las costas de lugares colombianos como la Isla Gorgona, Bahía Málaga, y en el Chocó, cerca de Nuquí y Bahía Solano.
Por esto, desde ya, estos lugares se preparan para una temporada importante de visitas de turistas, en su gran mayoría internacionales, pero que en los últimos años, también ha despertado el interés de los nacionales para poder ver y estar cerca de estas ballenas que han realizado un recorrido de 8.500 kilómetros desde la Antártida.
Los habitantes de Bahia Solano recuerdan que década y media atrás, era posible, desde la costa misma del municipio, llegar a ver a un par de ballenas saliendo a la superficie muy cerca de la tierra. Esto no ha vuelto a ocurrir debido a la contaminación y al aumento del tráfico de embarcaciones en el lugar.
Se estima que son más de tres mil ballenas las que hacen parte de esta migración, por lo que Colombia ha sido reconocido mundialmente como por ser el destino de mayor migración estacional de ballenas jorobadas.
Para ello, y enfrentando todas las dificultades que son comunes en el Pacífico Colombiano, Bahia Solano se prepara para esta nueva temporada, buscando que, tanto operadores turísticos como los propios visitantes, le apuesten a un turismo responsable y así , disminuir la huella ambiental en este territorio natural.
Con una temperatura promedio de 25 grados centígrados, la lluvia es la constante por estar en la Serranía de Baudó, lo cual le da una identidad propia al paisaje natural de la región, completamente selvático que se va sumergiendo en lo más profundo del Océano Pacífico en medio de una espesa neblina y la constante lluvia.
PARA LLEGAR
Uno de los grandes problemas que afronta Bahía Solano es su poca conectividad. Son pocos los vuelos y estos sólo despegan desde Medellín o Quibdó, lo que no sólo perjudica su desarrollo turístico, también a la organización de pescadores artesanales que buscan la posibilidad de hacer llegar su pesca del día a los restaurantes de ciudades como Bogotá, donde son muy apetecidos.
Esto hace que los tiquetes de ida y vuelta a Bahía Solano sean altos en comparación con otros destinos del Pacífico colombiano, pero tal es la belleza y el paisaje único de la región, que muchos están dispuestos a pagarlo, por lo que hay que reservar con buen tiempo de anticipación, por aerolíneas como Satena y Grupo SanGerman.
DISTINTOS PLANES NATURALES
El plan de salir en búsqueda de las ballenas es de todo un día. Antes de la salida del sol se pueden ver preparando las distintas embarcaciones que llevarán a los turistas a disfrutar de este espectáculo que brindan las ballenas al salir a superficie con sus soplos que pueden llegar a los siete metros de altura, donde se puede admirar sus lomos, colas, además de sus juguetones ballenatos.
Siempre es conveniente para el turista, que adquiera paquetes de avistamiento de ballenas que permiten, en caso de no poder ver a las ballenas ese día, lo cual rara vez sucede, que se reprograme otra salida hasta poder verlas. Además, a través de un hidrófono, se podrá escuchar los cantos de los machos.
Pero además de ir a deleitarse con las ballenas jorobadas y su espectáculo, Bahía Solano cuenta con una gran cantidad de atractivos naturales que valen la pena visitar.
Al llegar al aeropuerto, a 20 minutos de municipio, el traslado se suele hacer a través de un vehículo triciclo motorizado, conocido por muchos como mototaxi o tuk-tuk, acondicionados para llevar las maletas en el techo y transportar hasta cuatro personas en medio de las maltrechas calles de Bahía Solano.
A la hora de comer, el mejor consejo siempre será pedir ‘la pesca del día’. Muchos hoteles cuentan con su propio restaurante, y los madrugadores pueden ver llegar a los pescadores artesanales que han realizado sus faenas nocturnas, para llegar con sus pescados que de inmediato distribuyen a dichos restaurantes. Un pescado más fresco, difícilmente se encontrará.
Pero también se puede encontrar el arroz afrodisiaco, tapado de pescado con plátano, el producto agrícola más usual en la región, o un exquisito pescado sudado con coco.
Dentro de los grandes atractivos naturales se encuentra la Reserva Natural del Almejal para un recorrido por sus proyectos de conservación de tortugas y huesta orgánica para terminar en un mirador y apreciar buena parte de la región. El recorrido se puede realizar de la mano de un guía que dará explicaciones interesantes sobre las especies de la selva y el ecosistema.
A 40 minutos de Bahía Solano en lancha, se puede llegar a la más bella ensenada del país, el Parque Nacional Utría. Tras una rápida charla educativa, se puede conocer el esqueleto real de un cachalote, tomar un baño en las apacibles aguas verde esmeralda de la ensenada, junto a una caminata por el manglar.
Muy cerca de allí se encuentran algunas de las pocas playas coralinas de arenas blancas del pacífico colombiano, ideal para practicar snorkeling.
Otros de los recorridos especiales es por el Río Tundó. Desde la orilla del Río Valle se abordan las canoas para navegar por un brazo del río conocido como Tundó. Los bogas reman y el guía explica, mientras se contempla el paisaje verde del río y la selva, acompañado de algún martín pescador, tucanes, loros, mariposas y gran variedad de orquídeas y bromelias.
Si bien durante la época del avistamiento de ballenas aumenta el número de visitantes, Bahía Solano ha tenido un aumento de turistas durante al año que van en búsqueda de tener experiencias como la pesca deportiva, por la gran variedad de especies que se encuentran en esta parte del Pacífico.
Pero también han tenido un aumento en el turismo del avistamiento de aves y el avistamiento de anfibios, con personas que llegan desde distintas partes del mundo con el propósito de poder ver algunas de las especies de anfibios que existen en la región y que son únicas en el mundo.
En el aeropuerto, como en otras partes del municipio se encuentran artesanías realizadas en madera, en especial, algunas de ellas con la figura de las ballenas jorobadas, así como toda una variedad de dulces tradicionales de la región.
El turismo se ha convertido en pieza clave para el desarrollo de Bahía Solano y encontrar, para los jóvenes, alternativas de empleo y alejarlos del mundo del narcotráfico al ser el Pacífico uno de sus principales corredores.
BOGOTÁ, (Colprensa).