Diario del Cesar
Defiende la región

“Pedimos que refuercen nuestra seguridad”

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En el Cauca, crece la preocupación entre las autoridades y las organizaciones sociales por las constantes agresiones a los líderes sociales y reincorporados de las Farc.

No es para menos dicha inquietud: en menos de 24 horas, los desmovilizados de esa guerrilla Weimar Galíndez Daza y Luis Carlos Yunda fueron ultimados con arma de fuego cuando permanecían en las zonas rurales de los municipios de El Tambo y Corinto.

Ambos ataques se presentaron de manera similar: sujetos armados los balearon sin mediar palabra, causándoles la muerte de forma inmediata. En el caso de Luis Carlos Yunda, su hermano, también un desmovilizado, resultó herido.

“En la zona rural de El Tambo la situación es muy compleja, porque aún hay actores armados en estos espacios, alejados de la cabecera municipal y donde la fuerza pública presenta dificultades para patrullar, como el caso de la vereda Tamao, donde unos sujetos encapuchados asesinaron a dos campesinos, uno de ellos el joven que se desmovilizó”, relata el alcalde de esta localidad, Celio Urresty, al exponer que se generó un compromiso para hacer presencia en las veredas y corregimientos.

La primera autoridad de los tambeños agrega que las dos víctimas se movilizaban en una motocicleta cuando fueron interceptados por sujetos encapuchados, quienes ordenaron que se detuvieran. Weimar Galíndez Daza y Erick Danilo Narváez hicieron caso omiso a dicha indicación, generándose así el ataque, donde ambos fallecieron.

Registrado esto, y cuando las autoridades atendían esta situación, en Corinto, campesinos del corregimiento de El Jagual ayudaban a los hermanos Luis Carlos y Pablo Yunda, ambos desmovilizados, luego de ser atacados con arma de fuego por sujetos que abordaron a los dos ex combatientes cuando trabajan en un proyecto productivo en este punto del departamento. Uno de ellos murió, el otros alcanzó a ser llevado a un centro asistencial.

“Los hermanos Yunda trabajaban en un predio de ahí en El Jagual, porque tienen un cultivo de piña, cuando fueron abordados por los sujetos, quienes llegaron al lugar abruptamente y les dispararon, causándole la muerte a uno de ellos”, explicaron campesino de esta zona del Cauca.

Para Deivin Hurtado, integrante de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, Fensuagro, seccional Cauca, estos casos reflejan las intensiones de algunos sectores de acabar con los acuerdos de paz, en especial, con los frutos que se cosecharon con el fin de la guerra.

“En el Cauca ya son 30 los casos de homicidios de integrantes del partido Farc tras el acuerdo, es un mensaje muy desalentador para las comunidades, en las regiones, porque se interpreta que hay sectores del país que prefieren matar antes que permitir cambios positivos entre los colombianos”, asevera Deivin Hurtado.

La reacciones no paran ahí. Para Luis Enríquez, vocero del partido Farc en el Cauca, “estos casos muestran una sistematicidad, producto de la persecución contra nosotros y a los líderes sociales en las regiones, entonces seguiremos con los llamados a que el Estado colombiano garantice nuestros derechos como partido de oposición, y garantías de seguridad y derecho a la vida como firmantes del acuerdo de Paz, mediante el cumplimiento a cabalidad de este”.

Las exigencias tienen un sustento en cifras: tras la firma de la paz, y a la fecha, ya son 137 ex combatientes asesinados en el país. En el Cauca se han presentado 30 de estos casos.

Ahora, entonces, se espera los resultados de las investigaciones que adelantan la Sijín de la Policía y la Fiscalía de estos casos, con la esperanza de establecer las causas de los mismos así como los responsables.

Cauca (Colprensa).