Diario del Cesar
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Michelle ´desnudó´ a Maduro

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La comunidad internacional ni aquellos países que han resultado dubitativos frente al régimen narcocriminal de Nicolás Maduro, ya no tienen excusas para seguir ignorando lo que en Venezuela ocurre. El informe de  Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, tras cientos de denuncias y hondas investigaciones en el vecino país no solo es demoledor, sino que se constituye en una valiosa prueba para sentar ante la Corte Penal Internacional al sucesor del coronel golpista, Hugo Chávez Frías, quien esté donde esté deberá estar revolcándose por el horror en el que quedó convertido su sueño socialista.

El informe ´desnuda´ de cuerpo entero a un Maduro criminal. Las denuncias son alarmantes y el estupor es mundial contra el régimen de Nicolás Maduro, por cuenta de la barbarie a la que tiene sometida a esa atribulada nación.

La lectura del informe condensado produce escalofrío, indignación y horror. No hay límites a la criminalidad, violación de derechos humanos y abusos de todo tipo, en una dramática situación casi inexplicable en pleno siglo XXI, sobre todo en el hemisferio occidental. Al tiempo que la Oficina de la ONU exige a Maduro que detenga las “graves vulneraciones” a las garantías más fundamentales, en 18 páginas expone de forma descarnada la ominosa y cruel realidad que se vive en Venezuela por cuenta del régimen dictatorial. Más de siete mil ejecuciones extrajudiciales se habrían producido en el último año y medio. Una tragedia humanitaria sin paralelo.

No menos graves son las denuncias por la represión, persecución y eliminación sistemática de los contradictores políticos por parte de las fuerzas de seguridad chavistas. Ataques armados a civiles que marchan, numerosas ejecuciones extrajudiciales en operaciones de seguridad, detenciones arbitrarias, allanamientos ilegales, maltratos y torturas a opositores y sus familiares.

En cuanto a las detenciones arbitrarias y torturas, el informe muestra que esta aberrante e infame situación se hace insostenible. “En la mayoría de estos casos, se sometió a las mujeres y los hombres detenidos a una o más formas de tortura o trato o pena cruel, inhumana o degradante, como la aplicación de corriente eléctrica, asfixia con bolsas de plástico, simulacros de ahogamiento, palizas, violencias sexuales, privación de agua y comida, posturas forzadas y exposición a temperaturas extremas”, denuncia textualmente la Oficina de Bachelet.

El informe de la ONU también pone de presente ante la comunidad internacional las trampas a que acuden las fuerzas de seguridad para esconder su accionar violento y criminal. Esto porque las autoridades clasifican las muertes violentas resultantes de las brutales operaciones de seguridad como “resistencia a la autoridad”. De allí que en 2018 el Gobierno registrara 5.287 muertes violentas en esa categoría, en tanto que otras fuentes informan de por lo menos 7.523 muertes violentas por esta causa. Es más, para evidenciar cómo se está profundizando este flagelo, se encontró que entre el 1 de enero y el 19 de mayo de 2019, el Gobierno notificó 1.569 muertes violentas por “resistencia a la autoridad”.

Igualmente se denuncia con casos muy específicos y documentados la feroz persecución que han sufrido los medios de comunicación en ese país, so pretexto de imponer la hegemonía del pensamiento único y acallar a la oposición y los sectores independientes. Entre 2018 y este año se han cerrado docenas de medios impresos y el gobierno clausuró emisoras de radio e hizo dejar de emitir a varios canales de televisión.

En cuanto a la crisis en el servicio de salud, el informe Bachelet muestra el estado de vulnerabilidad al que están expuestos millones de venezolanos por cuenta de la satrapía que maneja esa nación como si se tratase de un gran campo de concentración en el que los verdugos compiten por los mayores grados de violación de derechos humanos y humillación al pueblo. La Encuesta Nacional de Hospitales constató que entre noviembre y febrero pasados más de 1.500 personas murieron debido a la falta de insumos en los centros médicos. Incluso los constantes apagones han causado decenas de muertes de pacientes, al tiempo que millones de personas no tienen acceso a medicamentos, tratamientos ni vacunas.

La hambruna también tiene capítulo aparte en el alarmante informe de la ONU. La mayoría de la población no tiene acceso a alimentos debido tanto a la escasez crítica como a los precios inasequibles. No hay víveres de calidad suficientes e incluso muchas personas confesaron que solo comían una vez o máximo dos veces al día.

La comunidad internacional no puede seguir manteniéndose pasiva ante lo que está ocurriendo en Venezuela. No solo son los más de cinco millones de personas que han huido del país en los últimos tres años, generando una de las peores crisis migratorias de este siglo, sino los millones de venezolanos sometidos a la violencia y barbarie de la dictadura, la hambruna, la ausencia de medicinas, la censura mediática, la quiebra económica y la represión criminal a todos los contradictores. Ya es momento de que el Consejo de Seguridad de la ONU, más allá del pulso geopolítico de las potencias, tome cartas en el asunto y acabe de una vez por todas con la dictadura de Maduro y compañía.