El empresario estadounidense Scooter Braun, conocido por representar a artistas como Justin Bieber y Ariana Grande, llegó a un acuerdo para comprar por alrededor de 300 millones de dólares el sello musical Big Machine Label. Esta discográfica tiene en su catálogo el trabajo musical de célebres nombres de la industria, entre ellos, Taylor Swift.
Big Machine también es el sello musical de Sheryl Crow, Lady Antebellum y Florida Georgia Line, ha crecido en paralelo a la carrera de Taylor Swift, ya que ella fue su primer fichaje, en 2005. Con ellos, la estrella del pop ha publicado sus seis álbumes, entre ellos el más reciente: Reputation. El año pasado, sin embargo, Swfit se desligó de la firma y llegó a Republic Records, de Universal.
Según The Wall Street Journal, Braun, de 38 años, realizará la operación a través de su firma Ithaca Holdings, que se convierte así en un pequeño conglomerado con intereses que van desde la música hasta el cine o la tecnología. Recientemente, Braun también se hizo mánager del cantante paisa J Balvin.
LO QUE DESATÓ LA POLÉMICA
Swift, de 29 años, reaccionó a la noticia a través de una publicación en Tumblr acusando al antiguo dueño de Big Machine, Scott Borchetta, de no entender la “lealtad” más allá de un contrato. Además, señaló a Scooter Braun de someterla a un “acoso (’bullying’) incesante y manipulador” durante años.
“Scooter me ha despojado de mi trabajo vital, que no he tenido la oportunidad de comprar. Esencialmente, mi legado musical está a punto de ir a las manos de alguien que ha intentado desmantelarlo”, escribió Swift, para quien Borchetta y Braun buscan “controlar a una mujer que no quiere ser asociada con ellos”.
Una persona conocedora de las condiciones del acuerdo entre Swift y Big Machine le dijo al diario estadounidense que la cantante podría haberse hecho con el control de sus grabaciones si hubiera firmado un nuevo contrato en lugar de irse a otra discográfica, pero Swift indica en su texto que no estuvo de acuerdo con los términos que le ofrecían./COLPRENSA.