POR
NIBALDO
RAÚL
BUSTAMANTE
DE LA CRUZ
Después de discutir con la madre de sus tres hijos, Eleicer Maestre Torregrosa salió envalentonado de una humilde vivienda de bahareque en el barrio Bello Horizonte de Valledupar.
Lo que parecía una de sus acostumbradas rabietas cuando el hombre de 39 años se tomaba sus tragos, se convirtió en el martirio para su esposa Helena Avendaño Cortijo, porque desde aquel 14 de enero de 2006 no supo más del hombre con quien compartió su vida por más de 17 años.
“Ese día le pregunté que por qué llegaba a esta hora si ahorita tenía que trabajar, él llego a las cuatro de la mañana y le tocaba trabajar desde las 7 en una construcción en el centro. Lo tomó a mal y cogió una rabieta y se fue gritando, me dijo que lo tenía aburrida con tanta cantaleta, pensé que se había ido para donde una hermana que vive en La Nevada, pero hasta el sol de hoy no volví a saber más nada de él. Duré como una semana llamándolo, pero su celular se iba a buzón. Me puse en contacto con sus amigos y familiares, pero ninguno dio razón. Esto ha sido una angustia”, recordó la mujer.
Trece años después de la misteriosa desaparición de su esposo, Helena Avendaño Cortijo guarda la esperanza de encontrar con vida a su esposo, sin embargo, no descarta lo peor. “Él es un hombre que quiere mucho a sus hijos, un hombre que se desvela por ellos. Su amor de padre es incondicional y si estuviera vivo, hubiera regresado porque él no sabía vivir sin ellos. He recorrido pueblos como Chiriguaná, San Alberto y Magangué (Bolívar), lugares en donde tiene muchos amigos y algunos familiares, pero nadie da razón. Hace como 20 días tuve la oportunidad de cruzar palabras con ‘Tolemaida’ (excomandante de las desaparecidas Autodefensas) y no me dio razón”, puntualizó.
Como Eleicer Maestre Torregrosa, por lo menos 2.300 personas se encuentran desaparecidas en el departamento del Cesar, según las cifras entregadas por el Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Sin embargo, La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, mecanismo humanitario y extrajudicial, inicia su trabajo en Barranquilla a través de un equipo territorial encargado del relacionamiento con las víctimas y la articulación interinstitucional para conocer qué pasó con las personas desaparecidas en el contexto del conflicto armado.
“Esta unidad fue una solicitud hecha por las víctimas del conflicto, porque ellas quieren conocer la verdad sobre sus familiares desaparecidos. Quieren saber qué pasó con ellos, dónde están, quieren saber todo sobre ellos y está unidad se ha creado con el fin de darles una respuesta. Ellos son a los que nosotros debemos rendirles cuentas sobre el paradero y qué pasó con sus familiares desaparecidos”, sostuvo Monzón en una entrevista con El Universal de Cartagena.
Este organismo de búsqueda estará integrado por cuatro mujeres, profesionales en economía, trabajo social, sociología e historia, y serán las encargadas del relacionamiento con las víctimas, organizaciones sociales, instituciones y actores sociales.
De acuerdo con datos estadísticos del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, en los departamentos de Magdalena, La Guajira y el Atlántico se presentaron alrededor de 5.486 desapariciones durante el conflicto armado, entre 1958 y 2016.