Alexis Johan Abreu Gómez, de nacionalidad venezolana, confesó ser la persona que ultimó de un disparo al comerciante Guillermo Antonio Buitrago Pachón, de 28 años, el 16 de abril del 2018.
Llevado por la culpa de haberle segado la vida a un comerciante del Mercado Público, un individuo que fue contratado por dos sujetos, confesó el crimen que cometió el 16 de abril de 2018 en un parqueadero del barrio San Jorge de la capital del Cesar.
Alexis Johan Abreu Gómez, de nacionalidad venezolana, reveló ante las autoridades desde un centro de reclusión donde fue enviado, tras ser capturado por el delito de tráfico y porte de estupefaciente, que llevó a cabo el asesinato de Guillermo Antonio Buitrago, luego que le ofrecieran $500.000.
Las autoridades con estas afirmaciones y luego de las evidencias recaudadas, lo notificaron en cárcel por el delito de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones agravado.
El autor material del hecho, fue conducido ayer al Palacio de Justicia de Valledupar, donde realizaron ante el Juzgado Primero Penal Municipal con funciones de control de garantías la judicialización por las mencionadas conductas punibles.
Ante la vista pública el extranjero rompió el silencio y aseguró que “yo sé que cometí un delito y tengo que pagarlo, y lo mejor es aceptarlo. Aquí estoy para hacerlo. Le pido a Dios perdón porque uno no es nadie para quitarle la vida a otra persona y ni porque uno esté pasando por una mala situación tiene que dejar llevarse por la gente. Quité la vida de un inocente y le pido perdón a la familia, que no me juzguen” puntualizó.
Subrayó además que “todos los días le pido al creador que me perdone y quisiera que nadie me juzgará sino que tengan consideración de mí. Así como destruí esa familia, también lo hice con la mía porque tengo cinco hijos a los que también les pido perdón por mi mal ejemplo, porque buscando trabajo los dejé en Venezuela pero nunca quise esto. Pensaba en cómo hacerles llegar dinero pero escogí el mal camino, dejé sola a mi mujer en todo esto y por eso le pido perdón a todos”, enfatizó.
LA ACUSACIÓN
“El 16 de abril del 2018 a eso de las 5:55 a. m., Guillermo Antonio Buitrago sale de su casa ubicada en el barrio San Jorge de esta capital con la finalidad de buscar su vehículo marca Toyota color verde esmeralda de placas FAP-778, estacionado en un parqueadero cercano. Sobre las 6 a. m. y cuando se disponía a sacar el rodante, un desconocido que es observado por los administradores del lugar y una persona que ahí vive, se le acerca a y le dispara en la cabeza con un arma de fuego, dejándolo gravemente herido, obligando a que lo trasladaran a un centro asistencial donde posteriormente fallece a consecuencia del impacto de bala. El atacante emprende veloz huida a pie y tal como quedó registrado en una cámara de video que estaba en el sector se observa cuando se monta en una motocicleta y más adelante bota la camina y la gorra que llevaba puesta”, dijo la Fiscalía.
A lo anterior añadió, que minutos antes del asesinato este recibió un arma de fuego de manos del también comerciante Hernán Darío Salazar Franco, conocido como alias ‘Chito’ en una camioneta de su propiedad, quien le había hecho amenazas a la víctima y tenía problemas con él, de acuerdo a lo dicho por el padre de la víctima.
Luego de recibir el arma, Abreu fue trasladado en una motocicleta que era conducida por Héctor López Ortega, quien lo lleva al sitio para llevar a cabo el macabro plan.
Tanto Salazar Franco como López Ortega, fueron capturados meses anteriores y se encuentra privados en un la cárcel Judicial a la espera del juicio oral.
EL AUTOR MATERIAL DEL HECHO ERA RECICLADOR
“Me ofrecieron $500.000 para matarlo y yo accedí pensando que era una millonada, pues yo me ganaba entre $15.000 y $17.000 pesos diarios que se los depositaba a mi familia en Venezuela. Yo trabajaba recolectando cartones y plásticos por las calles, y ellos me contrataron porque veían mi necesidad y todo el tiempo me veían parado en el Pabellón del Pescado del Mercado Público. Me dijeron que si me quería ganar algo mejor que lo que ya estaba recaudando y yo pensé que me iban a ofrecer algo mejor. Nunca había hecho algo así, ni siquiera en mi país. Después de ese día me aleje de ese sector, quería hablarle a la familia e incluso fui a la casa de la víctima, pero no tuve el valor de decirles que yo era el asesino… pero siempre estuve pendiente de pedirles perdón.
Maté a una persona que por los periódicos me di cuenta que era evangélica, y la palabra dice ‘ay de aquel que se meta con un hijo de Dios, no sabe lo que le espera’. Esas personas me destruyeron la vida porque sé que Dios no me va a perdonar… por eso espero tener al menos el de los familiares y de los colombianos. Era una persona inocente, humilde y me dijeron cosas malas de él para convencerme, pero espero que este crimen no quede impune” declaró el homicida, quien aceptó los cargos endilgados por la Fiscalía 17 seccional de Valledupar.