Silvia Helena Fernández Díaz, de 42 años, natural de chimichagua, fue asesinada a bala a manos de su esposo, en medio de un alegato al interior de su residencia ubicada en el estado de washintong en ee uu, donde residía hace más de 2 décadas.
Lo que inició como una pequeña disputa entre una pareja de esposos, terminó en tragedia. La víctima, una mujer cesarense, fue ultimada a bala a manos del hombre con el que convivió durante varios meses y este mismo confesó a las autoridades, la acción criminal que perpetró al interior de su residencia ubicada en el estado de Washintong en EE UU.
Silvia Helena Fernández Díaz, de 42 años, estaba radicada en Norteamérica hace más de 2 décadas donde había adquirido la nacionalidad estadounidense, pero nunca desconoció sus raíces y cuando podía visitaba su terruño, ubicado en el municipio de Chimichagua, Cesar, donde habitan sus familiares. El último viaje que emprendió a su país de origen fue el año anterior, donde compartió con sus seres queridos, quienes siempre se alegraban con su visita y jamás imaginaron que ese sería su último encuentro con ellos, ya que la ira desmedida de su compañero sentimental, lo llevó a que su existencia se apagara, luego que le propinara dos impactos con arma de fuego, mientras alegaban en su domicilio.
El responsable del hecho violento, llamó a la progenitora de la víctima y sin compasión le confesó que había dado muerte a la mujer que eligió para pasar el resto de sus días. Luego reveló ante policías federales el crimen y se colocó a disposición de las autoridades competentes.
La muerte de la cesarense se propagó rápidamente entre sus coterráneos, quienes se lamentaron por su inesperada partida del mundo terrenal. Aún se desconoce si el cuerpo será repatriado o por el contrario será sepultado en el país que la acogió como una ciudadana más.Lo cierto es que la madre de Fernández Díaz, se encuentra compungida e impotente de no estar junto al cadáver de su hija y darle el último adiós.