En 2025 se gestionaron 18.000 hectáreas para campesinado cesarense
Durante el 2025, la implementación de la reforma agraria se consolidó en el departamento del Cesar al gestionarse más de 18.000 hectáreas para dotar al banco de tierras de la nación y brindar soluciones efectivas a cientos de familias campesinas, étnicas y afrodescendientes, que por décadas han emprendido una lucha para poder acceder a terrenos donde poder cultivar y cosechar los alimentos que terminan en la mesa de los colombianos.
Se llegó hasta los territorios más apartados de los cascos urbanos, garantizando la presencia institucional y materializando la entrega de tierras a más de 4.000 familias campesinas, hoy reconocidas como herederas de la reforma agraria.
Liceth Camargo Carrascal, representante legal de la Asociación de Campesinos y Pescadores del corregimiento de Puerto Culto, en el municipio de San Martín, territorio con una dolorosa historia de violencia perpetrada por el accionar paramilitar, es una de las herederas de la reforma agraria y una luchadora dedicada a reivindicar el derecho a la tierra.
“Una de las deudas impagables y complejas que acumularon los gobiernos de turno era la reforma agraria y la dotación de tierras para campesinos y comunidades étnicas, y solo este gobierno ha demostrado con hechos y transparencia que los grandes cambios son posibles y que lo que viene haciendo es de vital importancia y trascendencia para las comunidades, ya que esto asegura bienestar, trabajo, educación y muchas cosas positivas en beneficio de todas y todos”, agregó Carrascal.
TIERRA RECUPERADA
Los avances de la reforma agraria en el Cesar también se miden en la tierra que recuperó la ANT y que se encontraba en poder de la Sociedad de Activos Especiales y del Fondo de Reparación de Víctimas, es decir, tierra proveniente del narcotráfico y el paramilitarismo.
En el presente año, 1.400 hectáreas ubicadas en Aguachica, La Gloria, Pelaya y Tamalameque se recuperaron y fueron devueltas al campesinado. En este apartado vale resaltar el logro jurídico de la ANT al legitimar la adquisición del predio La América, de 1.450 hectáreas, que perteneció al Ñene Hernández y Jorge 40, convertido en uno de los más emblemáticos, junto al predio El Amparo, el cual se restituyó a familias desplazadas de la hacienda Bellacruz.
Los resultados tangibles hablan de la autonomía y la gobernanza campesinas, al registrarse el reconocimiento jurídico y político del primer Territorio Campesino Agroalimentario (TECAM) de Colombia, constituido por ocho veredas de los municipios de Chimichagua, Pailitas y Tamalameque, con una extensión de 6.200 hectáreas, entre las que se cuentan las 1.137 del predio Nuevo Amanecer, antiguamente denominado Calandaima, entregado por la ANT a 137 familias.
Los TECAM son espacios para la vida, la cultura y la producción campesinas regidos por un plan de vida digna que es una hoja de ruta colectiva que define cómo las comunidades campesinas quieren vivir y desarrollarse en sus territorios.
DESLINDE DE LA CIÉNAGA DE ZAPATOSA
La ciénaga de Zapatosa, constituida en un ecosistema de vital importancia para el desarrollo y la sostenibilidad de comunidades anfibias de la que depende una buena parte del departamento, también enmarca resultados para mostrar en este 2025, toda vez que se dio inicio al proceso agrario para el deslinde de ese complejo acuático y la recuperación de baldíos acaparados por terratenientes.
En la ejecución de una primera fase se intervinieron 230 predios que suman cerca de 13.000 hectáreas, correspondientes al perímetro de la ciénaga en jurisdicción de Tamalameque, uno de los seis municipios con incidencia directa en la Zapatosa.
También se muestran avances en el reconocimiento de la territorialidad y ancestralidad de comunidades afros y étnicas del Cesar, y muestra de ello son las titulaciones y ampliación de resguardos, las cuales suman cerca de 2.500 hectáreas, y en proceso de ser tituladas se registran unas 500 hectáreas.
Para Alcides Rafael Araujo Molina, coordinador de la ANT en el Cesar, los logros en este 2025 ratifican que la reforma agraria en este departamento ha dado frutos en abundancia.
“En lo que va corrido del gobierno de nuestro presidente Gustavo Petro son cerca de 40 mil hectáreas las que se han adquirido en el Departamento, lo que nos acerca a la meta de llegar a las 50.000 para cuando finalice el actual mandato. Este avance representa dignidad, justicia social, democratización de la tierra, fortalecimiento de la economía campesina e incremento de la producción agropecuaria, gracias a la labranza del campo, porque nuestro campesinado no ha esperado a que le lleguen los recursos para ponerla a producir”, expresó el vocero de la Agencia Nacional de Tierras.
El 2025 quedará como el año en que la reforma agraria dejó de ser una promesa aplazada y se convirtió en una realidad palpable: tierras recuperadas a la mafia y al paramilitarismo, territorios campesinos agroalimentarios reconocidos, comunidades étnicas y afros tituladas, y familias que hoy siembran futuro en parcelas que antes les fueron negadas. Este balance no solo refleja cifras y hectáreas, sino la dignidad recuperada de un pueblo que vuelve a ser dueño de su destino, reafirmando que el campo es la fuerza vital que alimenta y transforma a Colombia.
