Consecuente amén de sensato será siempre ir tras la búsqueda y procura de mejores y superiores rumbos en beneficio comunitario, lo mismo que ir tras alcanzar un lugar preponderante en la historia, en vez de hablar sin nada hacer y sumirnos como unidad territorial en el lúgubres retrasos que solo auguran oscuridad y miseria, lo que hace urgente convencernos que perseguir y consolidar mejores rumbo es lo indicado, en lo que cabe aplicar fórmulas de éxitos que en escenarios similares a los nuestros han sido ensayadas con resultados positivos, lo que es de suyo prioritario, dado que los desórdenes administrativos en todos los campos que como país hemos heredado y se suma a la rampante corrupción que parte de los círculos íntimos oficiales y organizaciones delictivas y criminales que hoy son autoridad sin freno a todo lo largo y ancho de la geografía patria.
Los índices económicos y sociales que registramos se encuentran muy por debajo de los promedios internacionales. Los males que sufrimos tienen que ver con las malas políticas, que alejan las posibilidades de reemprender el camino hacia un desarrollo equilibrado y respetuoso de las libertades propias de un régimen democrático; y lo que es peor, no se dan válidas respuestas a a los desastres recientes, ejemplos ellos de la poca previsión del gobierno que, para empeorar las cosas se exculpa de ello con argumentos baladíes. No es secreto para nadie que sufrimos inseguridad, baja calidad de alimentación, educación escasa y de mala calidad, falta de empleo, trabajo, y las industrias pequeñas y medianas se reportan débiles y en riesgo de desaparecer. Inflación e informalidad laboral, se solapan con programas sociales a los que han acostumbrado a cientos de miles de beneficiados a percibirlos como permanentes y, por lo tanto, que pueden depender de ellos con toda normalidad, pero, en realidad, saben que tienen su lealtad electoral empeñada.
Es este un gobierno abusivo y populistas que debilita la institucionalidad y revive fraudes entre otros excesos e inmoderaciones, que llevan a seguir perdiendo energías para adentrarnos en adecuados ritmos de desarrollo, lo que nos sume en círculos viciosos de “programas de salvamento” al mal son de la retórica oficial, lo que hace que con inmediatez nos convenzamos hay que procurarnos rumbos ciertos con sistemas exitosos bien y mejor diseñados para consolidar porvenir y responder a las necesidades sociales del país con la aplicación de conceptos actualizados y ya experimentados en otras latitudes de corte similar a nuestro país, en la meta que el rescate de la patria tiene que ser emprendido con premura y supone tareas que se comparten equitativamente con lo que sí o sí requerimos en todas las áreas para funcionar y, a la vez entender que es vital una distribución vigilada de los gastos del gobierno en sus funciones de promotor del desarrollo económico y social de la República.
Como sociedad nos interesa contar con un gobierno real y verdaderamente organizado conforme a la división de poderes, donde el Ejecutivo, aplique bien y mejor anualmente el Presupuesto General de la Nación aprobado año tras año por el Legislativo, los ingresos obtenidos de los impuestos y demás ingresos en asignaciones definidas a cada rama para la atención de los servicios básicos de seguridad, alimentación, salud, educación y obras públicas gratuitos para la ciudadanía; puesto que ir por el rumbo correcto supone, entre otros aspectos, ponerle un alto a la corrupción y a la impunidad, convertidas en la gangrena de nuestra sociedad.
*Abogado*Periodista