El expresidente Gaviria ha venido desplegando una interesante actividad intelectual durante los últimos meses, como en sus mejores tiempos. Y en estos días el periódico El Tiempo ha publicado declaraciones formales suyas como Director del partido liberal relacionadas con el tema de las drogas ilícitas o con otros aspectos de la actividad gubernamental, como el ensayo que se publicó el 13 de octubre, de dos páginas, sobre los errores que está cometiendo el gobierno Petro con el tema de la explotación minera.
Con todo, el texto que ahora ocupa la atención de muchos lectores es, no sé si el único o el primer volumen de sus Memorias, que lleva el título: “Entrelazados, Mi camino junto a Virgilio Barco y Luis Carlos Gal+an hacia la Constitución de 1991”.
Muy diciente.
El prólogo es muy original, como que es una expresión de una meditación muy personal sobre su vida política, lo que ella pudo haber significado, la veracidad de sus recuerdos y las debilidades o aciertos que han podido acompañar su ya largo y muy fructífero ejercicio de la diligencia política. Me recordaron las reflexiones que hizo Nikita Kruschev para introducir sus dos voluminosos libros de memorias que él dice haber realizado sin consultar archivos ni libros, sino con lo que selectivamente ella le iba dictando. Y lo que significan las Memorias como recuento de la verdad o justificación de errores y debilidades. César Gaviria diría los que tienen que ver con los mitos. El libro es de muy fácil lectura. Como si fuera una conversación con el propio Gaviria.
El capítulo más impresionante en mi perspectiva es el que tiene que ver con la campaña presidencial. Una descripción dramática, casi un relato de supervivencia. Revela el gran coraje de César Gaviria y su enorme compromiso con este país en un momento tan complejo.
Hay muchas anécdotas que son bastante ilustrativas de lo que es la política en Colombia. Pero hay una que me llamó particularmente la atención, que es su conversación con Álvaro Gómez Hurtado, siendo Gaviria candidato del liberalismo y en presencia de Alberto Casas. Recuerda Gaviria que Álvaro Gómez Hurtado le dijo yo voy a apoyar su candidatura y, oh sorpresa, y ahí está el talento político, bien conocido de César Gaviria, éste le responde así: lo que yo necesito es su competencia, o sea, que Álvaro Gómez Hurtado entrara a la lucha por la presidencia en contra de Gaviria porque lo que esa campaña presidencial requería, según Gaviria, era competencia para lograr que la ciudadanía se interesara en lo que estaba ocurriendo.
Se podrían hacer muchas reflexiones en torno a ese diálogo, en el contexto histórico de la confrontación entre liberales y conservadores, por muchas décadas y en lo que había significado el esquema gobierno -partidos de oposición para el conservatismo. Impresionante. Y así ocurrió.
Esta memoria está bien enfocada, como lo dice el subtítulo que la acompaña, en la gran transformación institucional que se inició en el gobierno de Barco, que Luis Carlos Galán apoyó, y que César Gaviria desde sus inicios, como ministro de Gobierno contribuyó a desarrollar y, luego como presidente, consolidó magistralmente. Es la Constitución de 1991, que tiene innovaciones institucionales de gran significado, como la Corte Constitucional, o la Carta de Derechos que esta Corte protege, o los mecanismos de participación, el derecho de tutela, etc.
Es que como lo dijo al final de su discurso de posesión presidencial, lo que hizo Gaviria fue devolverle el futuro a Colombia. O sea, la esperanza que los criminales habían asesinado al destruir la vida de Galán.
Y hoy con su dedicación y activismo intelectual, César Gaviria parece estar otra vez comprometido en devolverle el futuro a Colombia.
*Exministro de Estado