Diario del Cesar
Defiende la región

El abrebocas de lo que viene

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Cuando este artículo salga publicado habrán pasado los cuatro días de estrechez forzada en el suministro de gas a que condujo el mantenimiento de la única planta regasificación con que cuenta el país en Cartagena (Spec).

Ecopetrol y el ministerio de minas y energía debieron hacer inmensas piruetas normativas para que el mantenimiento forzoso de la planta regasificadora de Cartagena no se tradujera en contratiempos mayores para la industria y hogares de la costa caribe. Se redujo la inyección de gas en los yacimientos del pie de monte llanero y se ordenó a las generadoras que redujeran “manu militare” el suministro de gas a las industrias de la región.

Pero éste fue apenas un abrebocas aleccionador de lo que viene. A pesar de que estos mantenimientos son usuales y rutinarios, fue ésta la primera vez que la oferta disponible de gas no fue suficiente para atender la demanda del hidrocarburo en industrias y hogares de la costa, razón por la cual hubo que hacer un mini racionamiento del gas disponible para sortear el mantenimiento rutinario de la plataforma regasificadora dándole prioridad a las térmicas.

Pero el episodio fue aleccionador pues puede ser un anticipo -en pequeño- de lo que se nos viene en grande a partir del 2026. Es decir, un faltante de producción doméstica de gas mucho más importante del que se puso en evidencia con el mantenimiento la regasificadora Spec.

Ante todo, el episodio puso por primera vez al país frente -no a la teoría sino a los hechos palpables- de las nefastas consecuencias a que ha conducido la política cegatona de la administración Petro de prohibir las nuevas exploraciones de hidrocarburos.

El primer efecto de esta política absurda se traduce ya en la dramática reducción de las reservas que registramos a la fecha. Estos ya son hechos, no proyecciones.

En el último año las reservas disponibles de gas del país han caído 16%. Su nivel más bajo de la última década y 33% menores den términos de producción de gas de la que tuvimos hace una década.

Este derrumbe de la producción y de las reservas está conduciendo a que las necesidades de importación estén también creciendo: el año entrante habrá que importar cerca del 20% del consumo de gas natural de Colombia pues la producción doméstica no da abasto. Y de seguir las tendencias de producción y de reservas como van (enfrentadas a una demanda dinámica como la que trae el país) los requerimientos de gas importando están llamados a seguir creciendo irremediablemente. Mientras tanto, el 52% de las industrias recientemente encuestadas por la Andi respondieron que no tenían asegurados sus requerimientos de gas natural para el año entrante.

Colombia ha consumido 4,268 billones de pies cúbicos de gas en la última década, pero apenas ha sido capaz de reemplazar 824 billones de pies cúbicos. Este indicador que es fundamental (tasa de reemplazo) seguirá cayendo en disfavor nuestro mientras se mantenga la política absurda del gobierno Petro de no autorizar nuevas exploraciones de hidrocarburos.

Pero no solo habrá que seguir importando más gas: habrá que importarlo más caro. El gas natural es un producto básico especialmente sensible a los sobresaltos de la geopolítica mundial. Es sabido, por ejemplo, el alza espectacular que tuvo este hidrocarburo a raíz de la invasión rusa a Ucrania, para no mencionar sino un ejemplo de los muchos imprevistos en la arena internacional que pueden venir en el futuro.

Mientras tanto nosotros seguimos torpemente enfrascados en la tesis inútil y costosa de la administración Petro de no explorar yacimientos de producción doméstica.

Ya, el gas que estamos importando, está resultando mucho más costoso que el producido en el país. Y seguirá subiendo a pesar de los insultos y pataletas del presidente y de su ministro de minas y energía. O de los anuncios que tampoco terminarán en nada de que importaremos gas de Venezuela.

Todas las esperanzas están ahora puestas en el futuro del pozo Sirius que deberá entrar en producción hacia el año 2029. Este yacimiento está ubicado mar afuera a varios kilómetros de la costa firme y tiene una profundidad inmensa bajo el nivel del mar.

Sin embargo, se dice, que para que la primera molécula de este importante yacimiento llegue a tierra firme habrá que hacer, óigase bien: ¡116 consultas previas!

¿Si tal es la urgencia que tenemos de reactivar la producción nacional por qué no dispensar desde ahora este yacimiento de la engorrosa e inútil consulta previa?

Cuando venga el tiempo de la atrición y se haga con serenidad el balance de lo que hizo y dejó de hacer la administración Petro, uno de los pasivos más gravosos e inútiles que encontrarán los historiadores es haberle dado una verdadera puñalada a la autosuficiencia de gas natural de Colombia.

*Exministro de Estado