Diario del Cesar
Defiende la región

Un cambio radical

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Hace 50 años, el presidente Nixon puso en marcha una guerra contra las drogas ilícitas. Décadas después aún personalidades que se habían involucrado a fondo en esa lucha declararon que esta no había funcionado y sugirieron aproximaciones diferentes, muchas de ellas dirigidas a lo que se llamó la reducción del daño. El sistema de salud se mencionó o se convirtió en una de las herramientas estratégicas frente al problema.

La semana pasada, el presidente Trump envío lo que se denomina una Notice, o sea, una información al Congreso de los Estados Unidos, que buscaba enmarcar jurídicamente las decisiones que se habían tomado en el mar Caribe frente a algunas embarcaciones que servicios de inteligencia identificaron como conducidas por narcotraficantes y como transportadoras de drogas ilícitas. Pero, además, y ello es de suma importancia, para anunciar que la lucha realizada hasta ahora no había sido exitosa y que, en este momento, los carteles de la droga estaban más fuertes, mejor financiados, armados, y con una capacidad de obrar como fuerzas paramilitar.

En consecuencia, el presidente Trump, declaró que Estados Unidos estaba “en conflicto armado no internacional” contra los carteles de la droga, a los cuales consideraba como enemigos de los Estados Unidos, que atentaban contra la vida de sus ciudadanos, y que obraban como “combatientes ilegales”. Estaba enmarcando la ducha contra las drogas en un régimen jurídico completamente diferente del que había sido utilizado para luchar contra ellas. Ya el derecho penal no contaría, porque no se trataba de criminales, sino de combatientes ilegales, que estaban amenazando la vida de los ciudadanos americanos, miles de ellos, y que sus actos eran hostiles.

Se trata, pues, de un cambio radical en el enfoque de la lucha contra el problema global de las drogas . Algunos citan el caso Bin Laden y la manera como finalmente fue encontrado y dado de baja en algún sitio de Afganistán. No fueron a capturarlo, ni a llevarlo ante un juez, ni a someterlo a un proceso penal, lleno de garantías y con un debido proceso. Le aplicaron las leyes de un conflicto armado.

El derecho internacional se ha ocupado de crear un régimen para las guerras tradicionales, para los conflictos internos, y para el concepto que está usando de “un conflicto armado no internacional” y por eso da instrucciones para la propia defensa de los Estados Unidos y de otros que estén sufriendo esas hostilidades de combatientes ilegales.

Por supuesto, han surgido diversas opiniones de carácter jurídico, tanto sobre la validez de este concepto, sus alcances, las dificultades para su implementación, y lo que algunos llaman una zona gris. La defensa de los Estados Unidos ya ha ocurrido con los bombardeos a varias embarcaciones en el mar Caribe. Hoy cuando los drones se han convertido en el arma que algunos califican como superestrella, no es difícil imaginar cuál podría ser la eficacia de esta nueva y radical estrategia contra los carteles de las drogas, donde quiera que ellos se encuentren.

Ojalá se identifiquen caminos que eviten que esta nueva política dé lugar a confrontaciones mucho más delicadas, que las que ya conocemos, entre el Gobierno de Colombia y el de los Estados Unidos.

*Exministro de Estado