Air-e perderá la mayoría de los contratos que hoy respaldan su operación. Expertos advierten que el impacto se traduciría en alzas fuertes en las tarifas para hogares y empresas de Atlántico, La Guajira y Magdalena
La estabilidad energética en la costa Caribe vuelve a encender las alarmas. Los departamentos de Atlántico, La Guajira y Magdalena podrían enfrentar un incremento en sus tarifas de energía a partir de enero de 2026, debido a que Air-e perderá la mayoría de los contratos que hoy le permiten cubrir el consumo de sus usuarios.
Actualmente, la compañía tiene asegurado el 82% de su demanda, pero en diciembre vencerán los contratos anuales y, desde enero, la cobertura caería al 35%. El vacío contractual obligaría a Air-e a depender de la bolsa de energía, un mercado más costoso y volátil, especialmente en los primeros meses del año, cuando las altas temperaturas reducen la hidrología y aumentan la generación térmica.
Alejandro Castañeda, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), fue categórico: “Esa exposición nos tiene muy asustados porque Air-e podría volver a hacer compras de energía muy grandes en la bolsa. Esa ‘bola de nieve’ que vivimos entre noviembre y marzo, cuando su deuda creció tanto, la veríamos de nuevo en enero”.
El riesgo es claro: con una exposición del 65% en bolsa, las tarifas para los usuarios residenciales, comerciales e industriales quedarían a merced de precios diarios mucho más altos que los de un contrato estable. “Tener una exposición a bolsa del 65 % es mortal, porque la empresa tendría que estar todos los días mirando y comprando energía a un precio mucho más alto que el de un contrato”, advirtió Castañeda.
Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, también expresó su preocupación. Según dijo, la falta de lluvias y de energía firme agrava el escenario: “Inmediatamente, las empresas que están expuestas a bolsa verán subir las tarifas para todos sus usuarios”.
Pero el problema no es solo tarifario. La empresa Air-e acumula deudas con el sector eléctrico por más de 1,4 billones de pesos, y los gremios advierten que ese saldo podría crecer a 2,5 billones en apenas tres meses si se mantiene el actual esquema de suministro. El motivo está en una circular expedida en diciembre por la Superintendencia de Servicios Públicos, que obliga a las generadoras a seguir vendiéndole energía a la empresa intervenida, incluso si no paga.
“El mecanismo que paraba ese desangre financiero, que se llama limitación de suministro, no están operando actualmente porque la Superservicios, en muy mal criterio, sacó una circular en diciembre que nos obliga a seguirle vendiendo energía a Air-e así no nos pague”, denunció Castañeda.
Frente a este panorama, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) prepara un nuevo esquema de contratación diferencial para compañías intervenidas como Air-e. Con la medida, la empresa podrá comprar directamente excedentes de energía de hidroeléctricas y parques solares, reduciendo su dependencia de la bolsa.
No obstante, Fonseca advirtió que el alivio puede quedarse corto: “La resolución flexibiliza la comercialización de energía eléctrica, pero la energía que se necesita no es suficiente. De nada sirve el mecanismo si no se tiene el producto. No hay suficiente energía firme en el país para aumentar la contratación y garantizar la estabilidad requerida en los próximos meses críticos”.
Air-e, por su parte, afirma que ya está trabajando en una salida. Según la compañía, se adelanta un “proceso técnico riguroso para asegurar los contratos de suministro de energía eléctrico para el futuro cercano”. En lo que va del año, asegura haber realizado más de 30 mesas de trabajo con generadores, donde se han estructurado esquemas y preacuerdos que esperan consolidarse cuando la resolución de la Creg quede en firme y definitivamente operativa para el sector energético nacional.