Durante el Consejo de Ministros realizado este martes, el presidente Gustavo Petro insistió en la necesidad de avanzar hacia un país sin armas en la población civil. En su intervención, señaló que Colombia debe ser coherente con el principio de que el monopolio de las armas esté en manos del Estado y no de particulares.
“Yo soy partidario, desde que era Alcalde de Bogotá, de cero armas en los civiles. Yo creo que deberíamos ser coherentes con ese principio: las armas solo deben ser monopolio de la Fuerza Pública», sostuvo.
El mandatario explicó que la historia de Colombia demuestra los riesgos de permitir la proliferación de armas en la sociedad.
“En Colombia, un pueblo en armas puede ser una masacre total; nuestra historia no nos permite eso, nos matamos entre sí muy fácilmente. Por tanto, nuestra estrategia ha sido, constitucionalmente hablando, el monopolio de las armas en manos del Estado».
El presidente Petro advirtió sobre los efectos del negocio de las armas legales en el país, que han derivado en fenómenos de violencia y criminalidad.
“Sin embargo, hay una mistura ahí mal creada, un Frankenstein, que muestra convivires, antiguas y modernas, mal invento, llevó al paramilitarismo y a un genocidio. Compañías de seguridad privada, que las encontramos escoltando a los capos de la mafia, exportando mercenarios, con armas que se legalizan, pero parece que no aparecen muchas, es decir, un escape hacia la criminalidad», explicó.
El Jefe de Estado afirmó que su política ha sido la de cero armas y propuso que el país avance aún más en esa dirección.
“Yo sé que hay un negocio del arma legal, pero en un país como el que tenemos, si queremos disminuir aún más la violencia (…), lo más coherente es que no haya armas entre civiles. Nosotros hemos negado el permiso de andar en público con armas, en espacio público, pero hay que ir más allá, se daña un negocio en Indumil, pero se pueden crear negocios más rentables», recalcó.
Con estas declaraciones, el presidente reiteró que la seguridad ciudadana pasa por reducir la circulación de armas en manos de particulares y avanzar en medidas que refuercen el control del Estado sobre ellas, como estrategia para disminuir la violencia y fortalecer la seguridad humana en el país.