Diario del Cesar
Defiende la región

Discurso exacerbado

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Un lenguaje exacerbado se apoderó de la política colombiana, estilo al cual ha contribuido el talante camorrista del presidente de la República. En su peculiar manera, nunca abandonó el discurso confrontacional que lo caracterizó en su estadía parlamentaria y que a mala hora trasladó al ejercicio de la Presidencia.

El presidente encarna la unidad nacional y su manera de comunicarse debería ser más acorde con su dignidad. Ese lenguaje sin controles, más propio de la confrontación política que de la gobernanza, amén de los estragos internos que ocasiona, comienza a producir efectos en el panorama de las relaciones internacionales, concretamente con los Estados Unidos de América.

El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio condenó el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe sucedido el 7 de junio, cuando dijo: “Esto constituye una amenaza directa a la democracia y es resultado de la violenta retórica izquierdista proveniente de las más altas esferas del gobierno colombiano”. De paso le solicitaba al presidente Petro “moderar su discurso incendiario” y garantizar la seguridad de los funcionarios en el país.

El presidente Petro no se hizo esperar y el 11 de junio, en su discurso en Cali acusó a Marco Rubio, Secretario de Estado de Estados Unidos, de supuestamente estar involucrado en un plan para tumbarlo: “Dice un presidente vecino que el señor Marco Rubio está organizando un golpe de Estado contra mí”. Su fuente pareciera ser el provocador mayor de Latinoamérica: Nicolás Maduro.

Lo que siguió la semana pasada fue que Marco Rubio decidió llamar “urgente” a consultas al embajador de Estados Unidos, John McNamara, y Petro hizo lo mismo con García-Peña. El presidente colombiano ha tenido que “recular”, ante el lio en que estaba metiendo a Colombia y en la posesión de su abogado Héctor Carvajal como magistrado de la Corte Constitucional, señaló: “Los señores de la extrema derecha que estaban en eso no llegaron a la oficina de Marco Rubio, sino la de otros”.

Le ha tocado al mandatario colombiano enviar una misiva donde afirma: “En las últimas semanas se dio un intercambio de opiniones entre el despacho de la Secretaría de Estado y esta Presidencia que alcanzó una notoriedad pública que merece una reflexión serena y franca. Como representantes electos de nuestros pueblos, compartimos la responsabilidad de cuidar las palabras y los gestos, particularmente en tiempos de agitación y desinformación”; y agrega: “En ese contexto, reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido percibidas como innecesariamente duras”.

Siendo los mayores productores de coca en el mundo, con más de 250.000 hectáreas sembradas, sin programas de fumigación por razones ambientales, receptores de grandes sumas de dinero por parte de los Estados Unidos, para una variedad de programas de seguridad, políticos y sociales; además, necesitando ser certificados, es de elemental ocurrencia ser más atinado en el lenguaje que se utiliza. Lo mismo se puede decir, sin ofender, sin poner en riesgo la dignidad de la República y sin crear tensiones innecesarias.

*Exmagistrado