Arnold Alexander Rincón López permaneció 65 días en poder de un grupo armado, no identificado. Fue confinado durante 40 de ellos en una caja de madera de 2 metros por 2 metros, en lo alto de una montaña. Aún no sabe quiénes fueron sus captores ni por qué lo retuvieron.
Luego de permanecer secuestrado durante 65 días, el director de la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó (Codechocó), Arnold Alexander Rincón López, fue liberado este fin de semana. Su cautiverio, que comenzó en mayo mientras regresaba de una rendición de cuentas institucional, terminó en una vía cercana al municipio de Atrato, Chocó, cuando sus captores le ordenaron simplemente que “saliera y caminara”.
En entrevista con La FM de RCN, el ingeniero narró por primera vez las dramáticas condiciones en las que vivió durante su secuestro. Según relató, fue interceptado por hombres armados cuando se movilizaba entre los municipios de Medio Quito y Nóvita. “Nos dieron un rafagazo de fusil y me llevaron. Caminamos durante tres días hacia un sitio desconocido”, contó.
Lo más estremecedor de su testimonio es la descripción del lugar donde permaneció por 40 días: “Me tuvieron en un cajón de madera de dos metros por dos metros, en un filo, una montaña muy alta. Solo me sacaban media hora para bañarme. Me aventaban la comida y me decían: ‘Ahí está el desayuno, ahí está el almuerzo’. Nunca hablaban más”.
Durante todo el cautiverio, Rincón no logró identificar a qué grupo armado pertenecían sus captores. “Siempre estaban vestidos de negro, nunca mostraron una bandera, un logo, nada que indicara su procedencia. Nunca supe si fue un secuestro político, económico, o por razones relacionadas con mi cargo. Tampoco se comunicaron con mi familia, al menos no de forma que yo supiera”, dijo.
El director de Codechocó explicó que su rutina diaria se reducía a sobrevivir física y mentalmente. “Eso se soporta con fortaleza mental, fe, mucha oración. Pensaba en mi esposa, mis hijos, mis padres. Recorrí toda mi vida en esos 40 días. Recordaba buenos momentos, hacía planes para el futuro”, relató con voz pausada. “Volver a la fe fue mi refugio”.
Según contó, nunca lo encadenaron dentro del cajón, pero sí recibió advertencias. “Si intentaba dañar la puerta o gritaba, me iban a encadenar. Entonces obedecía. Seguir instrucciones era una forma de sobrevivir”, añadió.
Rincón también detalló cómo se dio su liberación. “Me empezaron a mover, decían que me iban a llevar a otro campamento. Caminamos hasta una vía, y de pronto me dijeron: ‘Salga y camine’. Lo hice despacio, pensando que me podían disparar por la espalda. Caminé hasta llegar cerca de la cabecera de Atrato”.
Sobre un posible pago de rescate, dijo desconocer si hubo algún tipo de exigencia económica. “Yo supuse al principio que era económico, pero nunca se comunicaron. Después pensé que tal vez era por mi cargo. Pero la verdad, nunca lo supe. Solo cuando empecé a descompensarme físicamente, creo que decidieron soltarme. Ya no caminaba como antes”, indicó.
La Gobernación del Chocó había ofrecido 100 millones de pesos como recompensa por información que permitiera dar con su paradero. Hasta ahora no se ha informado si esta recompensa fue clave para su liberación.
/LaFM