Diario del Cesar
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Una pequeña joya

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El derecho es mucho más que la letra de una ley. Y el papel de jueces y magistrados más complejo que el de buenos conocedores de textos legales. Ello es mucho más cierto con respecto a las Altas Cortes, principalmente a la Corte Constitucional.

La distinguida magistrada auxiliar de la Corte Constitucional, por más de dos décadas, Martha Cecilia Paz, resolvió editar un libro muy original que pone en perspectiva esta concepción del derecho al haber convocado un grupo de juristas con sólida formación en universidades nacionales y extranjeras para que escribieran sobre el tema ‘El lugar de la filosofía en la jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana’ (impecable edición de Tirant Lo Blanch, 594 páginas). 17 autores, buenos conocedores de un filósofo preferido, estudiaron las citas o referencias que se han hecho en la jurisprudencia de la Corte Constitucional desde sus inicios.

No se trata de un trabajo de aficionados sino de consagrados expertos tanto en materias jurídicas como en el filósofo que resolvieron analizar según las citas que se hacían en la jurisprudencia siguiendo algunas indicaciones de la Editora.

El interés intelectual de la promotora de esta interesantísima investigación estaba respondiendo a una pregunta realizada por un distinguido jurista Ronald Dworkin, quien con ocasión de haber recibido una significativa distinción académica escribió un texto muy sugestivo: ‘¿Deben nuestros jueces ser filósofos? ¿Pueden ellos ser filósofos?’. Este predicamento, dice la Editora, implicaba que en su labor los jueces toman decisiones sobre asuntos que son también objeto de una importante lectura filosófica. Entonces, añade, “los planes de estudio de las facultades de derecho deben incluir temas apropiados y los jueces en el ejercicio de sus cargos deben incorporar material filosófico como apoyo de sus decisiones”.

Muchos conceptos de la filosofía están íntimamente ligados al tema de la justicia desde los tiempos más antiguos y así se contempla en textos clásicos de Aristóteles, Sócrates, Platón, etc. Los temas relacionados con la vida o la muerte, el concepto de mérito o de igualdad y, quién lo creyera, el de la financiación de las campañas electorales, entre otros, se sustentan en conceptos de honda raigambre filosófica. Esa es la teoría de Dworkin.

Marta Cecilia Paz concluye su introducción afirmando que su libro “se ha concentrado con rigor en los prismas de la filosofía que robustecen la motivación de las decisiones proferidas por la Corte Constitucional colombiana”.

La doctora Francisca Poe Jiménez del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México considera que esta investigación es una “pequeña joya”. Considera que la Corte Constitucional colombiana ha tenido una jurisprudencia precursora. Intenta un lúcido resumen de los 17 capítulos que analizan la pertinencia y el impacto de tesis de filósofos como Sócrates y Aristóteles, pasando por Kant, Hegel, Hannah Arendt, Foucault , Gadamer, Bobbio, Rawls, Nino, Vattimo, Dworkin, Alexy, Nussbaum, Waldron y Judith Butler.

La prologuista afirma que “el libro es testimonio del esfuerzo de la Corte Constitucional más influyente de América Latina por construir una práctica argumental sólida y justificada en torno a los contenidos e implicaciones de la Constitución de 1991”. También señala que a en el libro se identifican citas ornamentales sin función argumentativa real.

Cuando se están renovando tres miembros de la Corte Constitucional, hay que recordar el prestigio de su jurisprudencia y la importancia que le asignan en muchos países. Ello tiene que ver con la calidad intelectual de sus miembros y una tradición de búsqueda de la excelencia.

*Exministro de Estado