Delegaciones internacionales viven con alegría el festival
EN LA PLAZA ALFONSO LÓPEZ
El 58º Festival de la Leyenda Vallenata subió el telón ayer de manera oficial y la alegría invade a la ciudad, principalmente en la emblemática plaza Alfonso López, donde sin duda, nativos y participantes protagonizan el gorgoreo propio de estas festividades.
Con atuendos típicos del festival o con vestimenta de colores vivos mujeres, hombres y niños disfrutan de la amplia programación que incluye los distintos concursos del acordeón, piquería y canción inédita.
Eso sin contar con la asistencia de delegaciones internacionales, cuyos miembros orgullosos de su bandera, la ondeaban para mostrar su gratitud con esta tierra que los recibió entre acordeón, caja y guacharaca.
El inclemente sol no fue impedimento para que todos disfrutaran de las festividades, muchos se las ingeniaban con sombrillas, carpas, sombreros y hasta las mismas sillas para protegerse del sol que a la vez ha dado brillo en todo momento al Festival de la Leyenda Vallenata.
Hoy es el cuarto día de competencias, espectáculos y compartir entre nativos y turistas, quienes disfrutan de la acogida en la Capital Mundial del Vallenato.
DELEGACIONES INTERNACIONALES
A pesar de las altas temperaturas, cientos de turistas y extranjeros disfrutaron este miércoles la alegría del festival. En el centro de la plaza se concentraron delegaciones de países como México y Estados Unidos, cuyos miembros viven con fervor estas fiestas.
Luis Manuel López Cabrera, miembro de la delegación mexicana, aseguró que este año celebran 25 años de haber traído por primera vez, a un aspirante en la categoría profesional. “Venimos a Colombia desde el año 2000, fuimos los primeros extranjeros que participamos en el festival. Estamos acompañando al acordeoneros Oscar Fuentes, Rey Vallenato en México; somos 120 mexicanos, de Monterrey, que estamos en Valledupar.
Vivimos a pocos metros de la frontera con Estados Unidos y cada año preferimos voltear la mirada hacia Colombia, una tierra acogedora que cada año nos recibe con los brazos abiertos. Son muy humanitarios, cualidades que se han perdido en mi país”.
Franco Altamar, quien ondeaba la bandera de Estados Unidos, bailaba y coreaba con orgullo las notas vallenatas en plena plaza Alfonso López. “Es una experiencia única, esta fiesta de acordeones es lo mejor que se puede vivir y cada vez que Dios me lo permita vendré a disfrutarla”.