Entre 2021 y 2024, los contratos por prestación de servicios en la Cancillería pasaron de 109 a 521, es decir, un incremento de casi el 370%. A ello se suma un aumento del gasto que se multiplicó por siete, al pasar de $3.700 millones a más de $28.000 millones.
Así lo reveló este viernes el senador de oposición Miguel Uribe (Centro Democrático), quien sostuvo además que el gasto de personal del Ministerio creció 46% en cuatro años: pasó de $508.000 millones en 2021 a $742.000 millones proyectados para 2025.
Para el congresista, se trata de un “despilfarro sin precedentes” en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en medio de una de las crisis fiscales más graves que atraviesa el país.
“El derroche también es corrupción. Es por eso que denuncio el gasto desmedido y escandaloso de la Cancillería, que entre el año 2021 y 2024 aumentó los contratos de prestación de servicios”, reclamó el también precandidato presidencial del uribismo.
En esa línea, cuestionó la apertura de embajadas en países con los que Colombia no tiene relaciones estratégicas de peso: “¿Para qué? ¿Cuál es el retorno real de estos gastos?”, advirtió Uribe, señalando que se trata de una política exterior “sin sustento, utilizada como excusa para la expansión burocrática”.
Hace más de un año, en febrero de 2024, el Gobierno de Gustavo Petro decidió reabrir la embajada de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), donde ubicó al hoy ministro del Interior, Armando Benedetti.
Se trata de una embajada con sede en Roma que estaba cerrada hace más de veinte años, pues sus funciones las asumía la Embajada de Colombia en Roma, Italia. No hay un valor exacto del costo de reapertura de ese puesto diplomático, pero sí un aproximado, según varias fuentes.