Diario del Cesar
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Colombiano lleva dos años desaparecido en México: esto se sabe

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Cristian Camilo Durán Ramírez de 22 años, lleva cerca de dos años desaparecido en México, luego que en el 2022 viajara a ese país buscando un mejor futuro para su hijo y esposa. Al parecer los secuestradores mantenían comunicación con su mamá y le exigían grandes sumas de dinero. Su mamá exige justicia y ayuda de parte de las autoridades de ambos países.

En diciembre se cumplirán dos años de la desaparición del joven huilense secuestrado en México. Su madre, Lucy Ramírez, residente en Neiva, vive una angustiante lucha por encontrarlo, enfrentando la falta de avances en las investigaciones y la indiferencia de las autoridades de ambos países.

“Mi hijo partió a Ciudad de México, luego de tres meses perdimos contacto con él, desde que se fue siempre se comunicaba conmigo, me enviaba fotos,  me informaba donde estaba. La última vez que supe de él estaba en la ciudad de Michoacán. Recibí amenazas, me exigieron dinero por su liberación, yo la envié”, indicó Lucy.

La última vez que se supo algo de Cristian Camilo fue en diciembre de 2022 mientras se encontraba en México. Tres meses después, su familia recibió una llamada de los secuestradores exigiendo un rescate de $22’000.000. En su desesperación, Lucy accedió a la demanda con la esperanza de salvar a su hijo. Los secuestradores aseguraron que Cristian estaba bien y sería liberado tras recibir el dinero.

“Tengo incluso la constancia de dónde envíe el dinero. Puse en conocimiento de las autoridades las tres llamadas y dos mensajes, a través de fotos me mostraban que mi hijo seguía vivo. Sí era él, ya llevaba tres meses en manos de estas personas, pero ellos me presionaban diciendo que no podía denunciar nada porque mi vida y la de mi hijo peligraba”, agregó Lucy.

Sin embargo, la liberación nunca ocurrió. Después del pago, los secuestradores cortaron toda comunicación y no ofrecieron ninguna prueba de vida.

Desde entonces, Lucy ha enfrentado innumerables obstáculos para obtener información sobre el paradero de su hijo, incluyendo trámites burocráticos, pruebas de ADN y la aparente inacción de las autoridades.

Lucy ha dedicado los últimos dos años a exigir justicia y respuestas. A pesar de las amenazas que ha recibido de los secuestradores, su determinación no ha flaqueado. “Es desesperante no saber nada de mi hijo. Lo único que quiero es que me digan dónde está, que me ayuden a traerlo de vuelta”, dice entre lágrimas.

Además de la incertidumbre emocional, la familia enfrenta dificultades económicas. Cristian dejó su esposa y un hijo pequeño de dos años, por el cual velan para que no le falte nada y tenga el recuerdo de su papá presente.

De esta manera, denuncian que las autoridades colombianas y mexicanas no han tomado medidas efectivas para avanzar en el caso. Las autoridades colombianas señalan que el hecho ocurrió fuera de su jurisdicción, lo que ha complicado la cooperación bilateral.

“En medio de las llamadas y mensajes nunca me dieron su nombre, ni el grupo al que pertenecían, ni por qué lo hacían, sólo me pidieron el dinero y que el muchacho iba a estar bien. La comunicación con ellos duró aproximadamente 15 días”, explicó su mamá.

Por otra parte, las pruebas de ADN que le realizaron en la ciudad nunca han sido enviadas hacia México, lo cual dificulta la investigación, por lo que día a día aumenta la incertidumbre de la familia, que vive cada día sin saber si Cristian está vivo o muerto.

El caso de Cristian Camilo Durán Ramírez resalta el drama que enfrentan muchas familias colombianas cuyos seres queridos desaparecen en el extranjero. La incertidumbre, el dolor y la falta de respuestas se convierten en una carga insoportable, mientras las instituciones parecen no priorizar estos casos.

Con el paso del tiempo, el grito desesperado de esta madre se convierte en un llamado de atención a las autoridades para que actúen con celeridad y compromiso. Mientras tanto, Lucy y su familia continúan viviendo con la esperanza de que algún día puedan obtener respuestas y cerrar esta dolorosa etapa de sus vidas.