El Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá vivió ayer un día caótico debido a las difíciles condiciones climáticas que obligaron a cancelar y retrasar decenas de vuelos. Lo que para algunos comenzó como una espera de unas pocas horas, pronto se transformó en una experiencia de incertidumbre, frustración y agotamiento.
Las largas filas, los anuncios constantes de reprogramaciones y las salas de espera llenas se convirtieron en el escenario para historias que reflejan cómo estas situaciones afectan profundamente a las personas.
Entre los pasajeros varados, nos encontramos con dos casos que encapsulan el drama vivido.
El primero es el de Luis Antonio Herrera, un viajero frecuente a la ciudad de Cúcuta, quien se encuentra con esta problemática hace varias semanas. “Llevo tres semanas en el mismo cuento. Todos los viernes los últimos vuelos los cancelan. Los reacomodan al otro día. de Avianca no reconoce nada, no sabe nada, no hace nada. Ya es complejo lo que está pasando”, comentó visiblemente angustiado por la situación.
Por otro lado, la historia de Johann López, un atleta mexicano que llegó a Colombia para participar en una competencia internacional, añade un matiz aún más desgarrador. Después además de enfrentar múltiples retrasos, perdió su pasaporte complicando aún más su situación. “Extravié mi pasaporte y ahora me encuentro en una situación que es complicada, de impotencia porque estoy en una tierra que no es mía. Fui a migración para ver que podían ayudarme y pues me dijeron que no podían hacer nada”, explicó.
Las condiciones climáticas adversas, combinadas con la saturación de vuelos y la falta de comunicación clara por parte de las aerolíneas, han convertido a El Dorado en un lugar de frustración para cientos de pasajeros. Los cuales han pasado horas, días, o incluso semanas en espera.
/CaracolRadio