Diario del Cesar
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‘Diomedes fue un enamorado de la música’: ´El More´Ovalle

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“More empaca maletas que nos vamos para Maicao, vamos a tocar con Jorge Oñate”, palabras que recuerda Edgar Augusto Ovalle Vanegas, expresadas por su hermano Esteban cuando en 1977 lo invitó a un reto musical que sirvió como punto de partida de una carrera artística para uno de los coristas más reconocidos en la música vallenata.

Hoy 41 años después reflexiona sobre su arte, el mismo que lo llevó a los mejores escenarios nacionales e internacionales al lado de los más grandes exponentes del folclor.

Pero solo uno lleva en el corazón. Aquel de semblante musical que se convirtió en cacique, pero también en una leyenda que para algunos será la más grande: Diomedes Díaz Maestre, el mismo que es idolatrado por sus inéditas calidades artísticas y musicales.

Hoy, seis años después de la muerte del Cacique de La Junta, ‘El More’ Ovalle reflexiona y saca sus propias conclusiones, las mismas que lo llenaron de requisito para señalar al más grande. “Diomedes fue un enamorado de la música, del buen verso, de melodías sencillas y dueño de una nobleza enorme. Yo lo acompañé durante 20 años, en más de tres oportunidades me salí del grupo por diferentes motivos, pero Diomedes siempre me llamaba a la hora de las grabaciones”.

Aquel muchachito de 16 años, que deambulaba de serenata en serenata por las calles villanueveras, enamorando corazones a puntas de versos y melodías, se convirtió en el confidente musical de Diomedes Díaz, su alcahueta en tarima y el hombre que con su voz amortiguaba una estrofa incompleta o el típico adorno armonioso en medio del canto.

“Mi primera salida como corista fue con Jorge Oñate y Colacho Mendoza, por allá en 1977, estaban de moda éxitos como ‘Simona’ o ‘Igual que aquella noche’, ahí duré como seis meses, me ganaba 700 pesos por toque, luego comencé a bajar el rendimiento en el colegio y ahí iniciaron los problemas, mi papá  me regañó por esa situación, luego Oñate me dijo en Cartagena que debía viajar a Bogotá para participar de la grabación, pero le dije que no podía precisamente porque no podía perder más clases (risas)”, recordó el reconocido corista de la música vallenata.

Desde ahí se desprenden un sin número de agrupaciones que tejieron el cordón artístico de ‘El More’ Ovalle  al lado de parejas musicales como Poncho Cotes Jr y Carlos Rodríguez y Papi Díaz con Emilio Oviedo. “Cuando hice coros en el conjunto de El Papi con Emilio Oviedo de donde salieron éxitos como Tardecitas de lluvia, fue ahí donde Diomedes me llama para que lo acompañara, eso fue en el año 1982, el acordeonero era Colacho Mendoza de donde nacieron clásicos como Todo es para ti; luego en el 84 grabamos El Mundo, desde ahí More Ovalle inició su periplo musical, al lado de los más grandes del folclor”, recordó el corista villanuevero, hijo de Esteban Elí Ovalle Maestre, un reconocido carpintero surgido desde las entrañas del cafetal villanuevero.

Una caja de recuerdos, un repertorio de anécdotas y una nostalgia musical sumergida en una historia alegórica que intenta superar, More Ovalle conserva la imagen musical de un hombre que a pesar de su muerte, desempolva aquellas madrugadas de cantos en las que El Cacique le entregaba su corazón al pueblo en cada presentación. “La primera vez que grabé con Diomedes fue en Bogotá en 1982, recuerdo que Diomedes me dijo que me necesitaba en la pieza, que quería ensayar conmigo, yo le respondí que me dejara ir a mi habitación para buscar unas cosas, él me respondió, esta es tu pieza, vas a compartir cuarto conmigo. En ese momento me sorprendí y conocí su nobleza”, recordó.

 

SU ÚLTIMA VEZ CON DIOMEDES

 

Sin embargo, sus recuerdos tienen intactos la última vez que debió tocar al lado del Monstruo del Vallenato. “Cuando Diomedes murió yo tenía dos años de haber salido de la agrupación, recuerdo que viajamos a Bucaramanga pero él (Diomedes) no llegó, últimamente él estaba muy achacado y si amanecía con dolencias decía que no iba para ninguna parte y nos dejaba metido, él cambiaba mucho de humor y semblante, el único que lo entendía era yo, porque lo calmaba y le conocía su genio”.

Edgar Ovalle Vanegas cambió los números por la música y hoy no arrepiente porque a través de ella levantó su familia, su hogar y sus hijos, todos ellos profesionales en diferentes áreas.

“Yo hice un semestre de Contaduría Pública en la Universidad Autónoma del Caribe por allá en 1984, pero no fui más porque lo mío es la música”, recordó Ovalle, el mismo que ha acompañado a agrupaciones como Los Betos; Binomio de Oro de América, Peter Manjarrés y actualmente con Jorge Oñate y Javier Matta.

“Diomedes es el más grande, como ese no hay otro, con él aprendí muchas cosas, sobretodo su condición humana, una persona muy noble, cogía sus rabietas pero era su temperamento, incluso en varios momentos me desempeñé como coordinador y hasta pagaba nóminas”, puntualizó.