Por unanimidad en la tarde de hoy fue elegida como presidenta de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia –SAYCO- la maestra Rita Fernández Padilla, en las instalaciones de la sede de SAYCO, Medellín.
Los miembros del Consejo Directivo de la Sociedad, en una asamblea general fueron quienes depositaron su confianza en esta samaria de nacimiento y vallenata de corazón, para que continuara velando y trabajando por el bienestar de todos los asociados.
Gracias a la calidad de sus versos y el empeño que viene realizando Fernández Padilla con la Sociedad, esta cantautora se convirtió en la primera mujer en obtener el cargo de presidenta de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, convirtiéndose así en un referente del resurgimiento y buena administración de SAYCO.
“Nos sentimos gratamente complacidos de que la maestra Rita Fernández sea la primera mujer presidenta de SAYCO, por sus ideas y trayectoria sabemos que lo hará de la forma idónea” José Ignacio Valle Palomino, coordinador regional de SAYCO.
Rita Fernández Padilla
La maestra Rita Lucía Fernández Padilla nació en la ciudad de Santa Marta, en el mes de junio del año 1948. Cursó estudios superiores de música en la escuela de Bellas Artes de la capital magdalenense, donde hizo amistad con varios compañeros oriundos de Valledupar. Integró junto con otras compañeras la agrupación llamada Las Universitarias para participar con una presentación en el Festival de la Leyenda Vallenata del año 1968, lo cual comenzó a marcar el ingreso de la mujer costeña en el mundo del folclor vallenato. Una vez conoció a Valledupar fue cautivada por esta ciudad, por lo que decidió a fijar su residencia en la capital cesarense a partir del año 1972.
Melodías como ‘Las dudas del amor’ de Rafael Orozco, ‘Amor y penas’ de Alfredo Gutiérrez y ‘Tierra blanda’ de Jorge Oñate, son algunas de las creaciones de la Rita Fernández.
Cabe destacar que las composiciones que la catapultaron al mundo musical y cultural fueron: el himno de Valledupar y el himno de Agustín Codazzi.
Su pasión por la música fue su herencia familiar. Su madre era profesora de música y tocaba el piano y su padre tocaba la guitarra y el tiple. Siempre estuvo en un ambiente lleno de melodías, donde se consideraba obligatorio aprender algún instrumento.