La condición de vulnerabilidad de la población migrante venezolana en el aspecto sanitario y de salud es motivo de atención para las entidades municipales y regionales, por cuanto la meta es evitar anarquía y descontrol en la proliferación de enfermedades.
Mujeres embarazadas, niños y personas de la tercera edad que viven a la intemperie en las principales avenidas de Valledupar, representan la prioridad para los entes gubernamentales, los cuales abordan a esta población a través de brigadas sociales y de atención médica.
“Lo correcto no es atenderlos en el lugar donde conviven, porque sería aceptar su permanencia en espacios públicos y eso no está permitido. Desde que se registra la ola migratoria en la ciudad, la Secretaría de Salud en articulación con otros entes de gobierno, han desarrollado jornadas de atención médica tanto en la ciudad como en los corregimientos del departamento”, explicó Elba Ustariz, secretaria Local de Salud.
En la última brigada realizada en el municipio se atendieron más de mil venezolanos, quienes recibieron servicios de pediatría, medicina general, ginecología, vacunación y laboratorio. También se abordaron a las mujeres en gestación, ya que muchas de ellas tenían hasta ocho meses de embarazo y nunca habían asistido a un control. Por otra parte, se atacó el aspecto preventivo y se colocaron unos cien implantes subdérmicos a jóvenes entre 18 y 29 años.
Informó que el 24 de mayo nuevamente se atenderá a esta población. Se les hará entrega de medicamentos, gracias a un convenio con la Caja de Compensación Familiar y la OIM, Organización Internacional para las Migraciones; y el hospital Eduardo Arredondo Daza. Esta actividad se realizará en la Plaza Alfonso López durante la Feria Nacional de Servicio al Ciudadano.
Esta dependencia, explicó la funcionaria, también tomará los corregimientos de Río Seco, Atanques, Los Venados, Badillo y Mariangola, por ser lugares donde la presencia de venezolanos es significativa y donde existen problemas de atención hacia las trabajadoras sexuales y la población infantil.
“La idea no es decirles que se queden en los lugares públicos y que como autoridades llegaremos hasta ellos para resguardar su salud, lo importante es lograr que estas personas atiendan el llamado de las entidades gubernamentales y asistan a las brigadas para evitar la proliferación de enfermedades. Queremos ayudar a esta población migrante venezolana residente en Valledupar por ello hemos priorizado cinco corregimientos donde se refleja mayormente el drama humanitario”, explicó Ustariz Martínez.
Los niños, niñas y adolescentes menores de 20 años, configuran el grupo más importante del total de personas que residen fuera de su país, particularmente el grupo de niños no acompañados, el cual ha aumentado entre 33% y 400%, según señala ACNUR. En el caso de las mujeres migrantes, se resalta la discriminación asociada a la gestación, sin acceso a servicios de atención. Esta situación se presenta pues la promoción y la prevención no están dentro de las prioridades de las familias que ocupan su tiempo en tratar de sobrevivir en medio de condiciones precarias.