Con una medida privativa de la libertad que esta cumplimento de la Permanente Central de Policía de Valledupar, fue cobijado el sujeto de 33 años que el pasado 28 de abril habría asesinado a su esposa, en hechos ocurridos en el apartamento 301 de la torre 17 de la urbanización Lorenzo Morales, en el sur de la ciudad.
Se trata de Ayrton Martínez Ardila, de 33 años, quien fue judicializado en la habitación que ocupó por varios días en la Clínica Santa Isabel, por causa de las múltiples heridas que se propinó con un cuchillo tras el episodio violento que dejó por víctima mortal a María Claudia De La Rosa Estrada, de 28.
Hasta ese lugar se desplazó el Juez Tercero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías y el Fiscal 14 Seccional URI, quien en la diligencia de imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento que se llevó a cabo en ese centro asistencial, lo acusó penalmente como autor del delito de feminicidio agravado, al cual no se allanó.
La mujer que se ganaba sus propios ingresos vendiendo empanadas a las afueras de ese sector, pasadas las 6 a. m. del 28 de abril fue herida con la misma arma corto punzante: dos veces en el tórax y una más en el cuello, cuya profundidad le causó un serio compromiso de sus órganos vitales, produciendo su muerte pocos minutos después en un centro asistencial de esta capital.
Posteriormente, el delegado del sistema de justicia como medida preventiva, decidió enviar al mototaxista a prisión una vez le decretaran el alta médica y en las últimas horas fue recluido en el claustro penitenciario inicialmente mencionado, a donde llegó en regulares condiciones de salud.
El hecho
Vecinos de la urbanización Lorenzo Morales afirmaron que el alba del domingo se vio perturbada por los gritos que salían del apartamento de la pareja, que al parecer, horas antes del nefasto episodio, había departido cerca de la vivienda.
Presuntamente, poco después de regresar a casa para descansar, empezaron a discutir entre sí por temas relacionados a celos del hoy sospechoso, quien repentinamente tomó un cuchillo e hirió repetitivamente a su mujer, pese a que esta intentó huir por el pasillo hacia las escaleras dejando tras de sí un camino de sangre.
Ello motivó a los residentes de ese barrio a intervenir para ayudarla, y usando la moto de uno de los vecinos, la trasladaron hasta la Clínica Santa Isabel, donde falleció minutos más tarde.
Perturbado por los recientes acontecimientos, Martínez Ardila escapó hacia un lote enmotado y con el mismo cuchillo se auto infligió varias puñaladas en el cuello, en el tórax, los brazos, la pierna derecha, y una en el abdomen que le produjo exposición visceral.
Pasado un rato, uniformados de la Policía que llegaron al sector para atender el hecho, lo hallaron malherido y lo llevaron al mismo centro asistencial.
Sobre la víctima se conocía que era oriunda de Chimichagua, era ama de casa, vendía empanadas en la urbanización, convivía con su asesino desde hacía más de una década y tenían dos hijos de 10 y 11 años.