Diario del Cesar
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‘Azote’, la práctica suicida que jóvenes vallenatos tienen como deporte

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La muerte de un adolescente de 14 años el pasado jueves, cuando se desplazaba en bicicleta y fue aplastado por una tractomula, no solo causó impresión en la comunidad vallenata ,sino que volvió a encender las alarmas sobre una práctica recurrente que ha cobrado varias vidas en el departamento del Cesar en el último año.

A diario se pueden observar a menores de edad encaramados detrás de los vehículos de carga pesada, principalmente, arriesgando su vida en vías como la Avenida Los Militares o las carreras cuarta, 44 y 33.

Sin embargo, la muerte del joven, lejos de ser un hecho aislado, pudo ser producto de una cotidiana actividad que incluso es considerada por algunos menores como deporte.

De hecho, DIARIO DEL CESAR conoció que a esta peligrosa práctica de aferrarse a la parte trasera de los vehículos, la denominan como un deporte extremo llamado ‘Azote’.

Pese a conocer las historias trágicas de quienes se han atrevido a realizar estas maniobras – y han perdido la vida-, este medio conoció el testimonio de Cristian*, de 16 años, quien reconoce que sigue y seguirá realizando las ya que, según él, aprendió a tomar el equilibrio que la pericia ordena.

“Lo que pasa es que se ponen a agarrarse muchos ‘pelaos’ y no tienen en cuenta que entre más, menos espacios hay para esquivar un freno o no rayar un carro, o no accidentarse.  Por eso muchos quedan ahí en la carretera” dice, sin sonrojarse.

Conoció, lo que llama él, su habilidad, a los 15 años, por amigos de la cuadra que lo incitaron a sentir esta ‘adrenalina’ que define como “un videojuego en el que se esquivan obstáculos y la idea es no perder.  Eso se siente”.

Al parecer el miedo no está en su diccionario. “Uno se sorprende porque los ve, los conoce, pero no es miedo.   Todos los días hay muertos de todas las formas, hay es que cuidarse”, acotó.

LOS CONDUCTORES: LA OTRA CARA

Esta forma de exponer la vida no solo afecta a quienes la practican y sus familias sino a los conductores que se desplazan por las principales avenidas de la capital del Cesar y que terminan perjudicados por esta práctica.

DIARIO DEL CESAR conoció el testimonio de César Augusto González Quintero, encargado de un vehículo de carga pesada.

“A esos muchachos no los controla nadie, ni los padres de familia.  Siempre sucede lo mismo y el culpable es el conductor.  Lamentablemente estas situaciones sirven como ejemplo a los muchachos que se dedican todas las tardes a colgarse de los camiones”, sostuvo.

Incluso, han intentado agredirlos debido a que la comunidad les adjudica la responsabilidad del accidente.   Así lo dio a conocer Hosterman Corzo Mejía, quien vivenció un accidente similar al ocurrido el pasado jueves.

“Mi compañero quería ser linchado por las personas, tuvimos que conducir escondidos por la empresa DPA para llevar al compañero a la URI, pese a no ser su culpa”, refirió Corzo Mejía.

AUTORIDADES REPORTAN TRES CASOS

El capitán Andrés García, jefe seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía del Cesar, afirmó que hasta el momento se han registrado tres casos fatales a causa de las prácticas: dos en Valledupar y otro en La Paz.

La actividad, explica, se encarga de agilizar el desplazamiento de las personas en bicicleta, pero desafiando la naturaleza y exponiendo su integridad.

Aunque la mayoría son menores de edad quienes recurren a esta acción, “los adultos también son sorprendidos en lo mismo.  Entonces, ¿qué les enseñamos a nuestros hijos?”, dijo.

Seguidamente, acotó que han realizado actividades de prevención de tránsito en colegios públicos y privados de Valledupar explicando que esta práctica “no tiene nada que ver con deporte extremo”.

“Quienes sean sorprendidos colgados en la parte trasera de los vehículos, serán retenidos por la Policía, se le incautará la bicicleta y se dejará a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, en caso de ser menor de edad”, advirtió.

 

AUTORIDADES MUNICIPALES SE PRONUNCIARON

 

Este medio conoció las posturas de las secretarías de Tránsito y Gobierno Municipal sobre esta problemática.

El secretario de Tránsito Víctor Arismendi, indicó que al intensificarse estas prácticas, han reforzado los programas de atención vial en los grados noveno, décimo y once de las instituciones educativas, al tiempo en que afirmaba que la comunidad, no puede pretender “que la entidad cuide a cada persona que desarrolle esta conducta tentativa contra su vida”.

El funcionario, afirmó que hasta el momento no existe una Norma clara que determine castigos frente a esta conducta contraria a las leyes de Tránsito y de imponerse, “se puede caer en un exceso de funciones, causal para problemas administrativos porque no está legalmente tipificada”.

Por su parte, el Secretario de Gobierno de Valledupar Gonzalo Arzuza fue contundente con su respuesta: la competencia para prevenir es de la familia y del ICBF.

Agregó que a través de las redes sociales se generarán estrategias de concientización para que los jóvenes entiendan el peligro al ejercer esta hazaña.  “Vamos a trabajar con la Policía y Tránsito Municipal”, acotó.

‘COMETEN CONDUCTASPARASUICIDIAS’

Como explicación a este comportamiento, la psicóloga clínica magister en Psiconeurosiquiatría María Eugenia Sarmiento, dijo que los adolescentes entre 13 y 17 años, se encuentran en una etapa de transición que les despierta fascinación por la adrenalina, sin interesarles el peligro.

La experta sostiene que las anteriores actuaciones están ligadas con las conductas parasuicidas, “prácticas que no terminan con la muerte, pero sí exponen en gran medida la vida de las personas”.

Recalcó en la importancia de brindar afecto, amor y disciplina, pero también de instruir, regañar y orientar a los hijos, elementos que afirma, son claves para evitar la desobediencia.

“Cuando el adolescente hace lo que se quiere, se perdió tiempo en la infancia.  A los tres años tenemos que inculcarles valores y principios porque la mejor escuela es el hogar”.