Reclamando mejor atención en el servicio de salud, padres de familia de niños en condición de discapacidad y afiliados a la EPS Sanidad Militar del Ejército, protestaron en el batallón La Popa de Valledupar, exigiendo garantías en los tratamientos.
Con arengas, dieron a conocer las intermitencias que se presentan en los procedimientos, así como los frecuentes cambios de centros de rehabilitación, las aparentes deudas de la entidad hacia las IPS y la falta de atención de las autoridades encargadas.
Keyla Beltrán, una de las manifestantes, dio a conocer que su hijo, de diez meses de nacido y diagnosticado con macrocefalia, no está recibiendo el cuidado oportuno.
“Exijo la continuidad del tratamiento porque a él (su hijo) se le vulnera el derecho a la salud. En general, todos los servicios de la EPS son malos”, aseguró Beltrán.
Agregó que la Dirección de Sanidad Policial ha tratado de establecer convenios con los usuarios para mitigar las irregularidades, pero, según sostiene Keyla, la comunidad no está dispuesta a realizar pactos. “Ellos solo quieren beneficios particulares y que el afiliado siga en precariedades”, dijo.
En el mismo sentido opinó Elsamery Andrade, madre de un menor de siete años con problemas cognitivos, quien reveló que, pese a encontrarse adscrita a la entidad desde un largo tiempo, solo ha recibido cuatro meses de terapias en dos centros de lenguaje diferentes.
Su primogénito, no ha podido ingresar a una institución educativa – ni pública ni privada –al no contar con un documento que guie el trato de su incapacidad.
“Su rutina es estar en la casa sentado viendo televisión y es injusto que con un papá pensionado, que le prestó a la patria 20 años de servicios, hoy su hijo no goce de atención por la EPS”, puntualizó.
En el plantón, que se adelantó ayer desde las 8 a. m. al exterior del campus militar, fueron varias las historias que salieron a la luz.
“A mi hijo le están violando sus derechos, sus terapias han sido vulneradas e interrumpidas”, indicó Ángel Zuleta, padre de un menor con problemas de aprendizaje, dificultad al momento de leer, escribir y otras actividades pedagógicas.
También Marcela Pulido, madre de un menor con déficit cognitivo leve, dice que “en dos año de lucha, ha conocido cinco centros de rehabilitación. Mi hija necesita continuidad en su tratamiento”.
DEBEN ESPERAR HASTA EL JUEVES
El medio impreso, trató de comunicarse con voceros de la unidad militar de La Popa en Valledupar, pero no atendieron los llamados.
No obstante, conoció a través de una fuente extraoficial, que el Director General del Dispensario y el Mayor de Sanidad, Leonardo Neida, se reunieron con los protestantes.
Los oficiales, explicaron que al no ser una unidad centralizada sino por el contrario, una extensión de contratación, no pueden tomar decisiones al respecto.
Por tal motivo, esperarán el día jueves la visita del Director General de Sanidad de Barranquilla encargado de direccionar el programa de atención a discapacitados en la capital del Cesar. El mismo entregará el centro de rehabilitación que obtuvo la licitación para recibir a los pacientes.