Tras varias horas de audiencia de solicitud de medida de aseguramiento, fueron enviados ayer a prisión por decisión de un juez de la República, los miembros de la organización delincuencial ‘Los Toyotas’ dedicados al hurto de vehículos en todas sus modalidades en el Cesar y La Guajira. Uno de sus miembros es la hija del propietario de Uniapuestas Unidas del Cesar, Benjamín Calderón Cotes.
Se trata de Delfina Mercedes Calderón Mieles, hija del empresario en mención; Sergio Luis Barrios Vanegas, cabecilla de la organización; Andrés Camilo Hernández Cuadro, conocido como ‘el ‘Nene’;Víctor Salomón López Zuleta; Álvaro Javier Pérez Pulgar, alias ‘Pulga’; Miguel Ángel Mindiola Márquez; Alcides Efrén Araújo Sánchez, alias ‘Joli’; José Alfredo Méndez Canola, alias ‘El Eléctrico’; y Félix del Milagro Tapias Acuña, quienes según las autoridades, integran la banda ‘Los Toyotas’, denominada así por la especialidad de hurtos de esa marca.
Dicha determinación se definió al término de las audiencias concentradas que hasta ayer se realizaron ante el Juzgado Primero Penal Municipal Ambulante con Funciones de Control de Garantías, quien determinó que la privación de la libertad era lo más adecuado para los presuntos delincuentes, teniendo en cuenta las acciones criminales que aparentemente realizaban en afectación a los bienes de la comunidad.
“Las pruebas aportadas al momento por la Fiscalía, para este togado representan suficientes soportes para establecer que si existe una inferencia mínima razonable para pregonar que los sindicados podrían estar en curso en los actos delictivos en los que los involucran, aun con los planteamientos hechos por la defensa”, dijo el juez al justificar su decisión.
Los antes mencionados fueron imputados por la Fiscalía Segunda Especializada, encargada de la investigación, como coautores de los delitos de concierto para delinquir y hurto calificado y agravado, a los que no se allanaron.
MODUS OPERANIDS
“Desde mediados del 2018 hasta el presente, viene operando una organización criminal en los municipios de Valledupar, La Paz y otros municipios, dedicaba a la excoriación (hurto) de vehículos, especialmente de la marca Toyota. Actúan bajo la modalidad de la violencia, intimidando con armas de fuego a sus víctimas para despojarlos de sus automóviles, en ocasiones utilizando motocicletas para perpetrar esos actos, en otras, sus propios automotores Mazda, para desplazar a los ejecutores de la banda. Los vehículos, en su mayoría, tienden a ser desplazados a municipios de La Guajira, donde son comercializados, y cuando no logran hacerlo, acuden a las llamadas extorsivas para conseguir de las víctimas sus exigencias económicas a cambio de que les devuelvan sus automóviles. Al lograr convencerlos, proceden a desvalijarlos para venderlos como autopartes al menudeo”, dijo el acusador durante la formulación de imputación.
Enfatizó también que la actividad investigativa determinó que la banda está integrada por las de 20 personas, y que los hoy capturados suman 33 procesos por diferentes delitos, tales como falsedad, hurto, favorecimiento al contrabando de hidrocarburos, receptación, amenazas, porte ilegal de armas, lesiones personales, concierto para delinquir, e incluso, homicidio.
Según lo indicado por la Fiscalía durante la audiencia de imputación de cargos, Sergio Luis Barrios encabezaba la estructura delincuencia y se encargaba de ordenar que tipo de vehículos se iban a hurtar, de qué lugares, delegaba funciones a los demás integrantes de la banda y de manera continua se comunicaba desde prisión con sus aliados a través de diferentes líneas celulares, para establecer donde se dejaban los vehículos transitoriamente hasta que pudieran esquivar la acción de la autoridad para desvalijarlos.
A este le seguía Alcides Araújo, quien al ser su mano derecha y persona de confianza, en su ausencia asumía las riendas de la organización, planeaba y ubicaba al personal para que hiciera los hurtos. Después buscaba lugares donde reunirse para repartir las ganancias de lo hurtado.
Entre tanto, Delfina Calderón supuestamente se encargaba de la logística y financiaba al grupo delictivo desde su lugar de comercio, prestando su local comercial para los fines de la organización.
“Ahí planean los hurtos, reparten las ganancias, participando ella como interviniente. Apoya y suministra dinero para el suministro de combustible en los que se perpetran los ilícitos y después, lleva la contabilidad de las ganancias y los gastos del producido de la acción criminal”, enfatizó el fiscal.
A su vez, señaló que José Méndez ubicaba y quitaba los sistemas de GPS a los vehículos, dados sus conocimientos en temas de electricidad. Al desactivar los dispositivos impedía que luego de los robos de los automotores estos fueran encontrados.
LOS EJECUTORES
Respecto a los demás, indicó que Miguel Mindiola y Álvaro Pérez fungían como atracadores y jaladores de vehículos, sobre todo el segundo, a quien le atribuyó amenazaba con armas de fuego a sus víctimas para obligarlos a descender de los mismos.
Dicha intimidación, presuntamente, también era realizada por Víctor López y Andrés Hernández, quienes conducían los automotores hurtados, a la vez que en nombre de la organización, ocasionalmente atracaban a los propietarios.
Finalmente, Alberto Reyes fue señalado como uno de los extorsionistas de la organización, y según el acusador, se encargaba de llamar a los dueños de los carros para pedirles dinero de rescate por los vehículos que les han sido robados.
“Y así hay otros ciudadanos debidamente identificados por sus alias y sus cedulas de ciudadanía, que cumplen distintos roles dentro de esa organización criminal, concertada de manera permanente y constante en el tiempo y en el espacio para cometer delitos. Dentro de ese lapso desde el que la Fiscalía ha documentado la comisión del hecho, se han recibido las denuncias de más de 15 presuntas víctimas” acotó el fiscal.