Diario del Cesar
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Así fue el plantón para pedir la renuncia del Fiscal General

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Cuando apenas caía la tarde en Colombia, cientos de personas se empezaron a agrupar frente a las instalaciones de la Fiscalía General de la Nación en las principales ciudades del país, para participar del plantón citado para este viernes con el que pidieron la renuncia del fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez.

El panorama en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cartagena y Barranquilla evidenciaba el disgusto de muchos colombianos frente a la figura de Martínez Neira y su presunto conflicto de intereses por el caso de corrupción de la brasileña Odebrecht en Colombia.

En la capital del país los ciudadanos que salieron a protestar se ubicaron frente al búnker de la Fiscalía, en el occidente de la ciudad, donde decidieron bajar la bandera de la Fiscalía, que se encontraba junto a las banderas de Colombia y de Bogotá que se encuentran en este lugar.

Los que bajaron la bandera de color blanco fue a penas un grupo pequeño de las casi 800 personas que se congregaron en el lugar con linternas para pedir la renuncia del Fiscal General, quien ha sido señalado de conocer lo ocurrido con el entramado de corrupción más grande que se suscitó en el país.

La iniciativa promovida por medio de redes sociales desde el pasado fin de semana bajo el hashtag #11Enero, tuvo una buena acogida por parte de los ciudadanos, pues a juicio de Fernando Fierro, uno de los asistentes al movimiento, este no tiene intereses políticos.

“Cómo ciudadanos tenemos que hacer algo. Que bajen la bandera es algo simbólico porque así está el ente, caído, su reputación caída y así tiene que estar mientras el señor siga ahí”, dijo Fernando mientras se unía a las arengas que gritaban los asistentes.

Para Fierro, quien estaba acompañado de su pareja sentimental, las investigaciones que adelanta la Fiscalía están direccionadas a “proteger los interés de sus amigos y a terminar de consumar el acto de corrupción con Odebrecht, por eso es necesario que se vaya y saber la verdad, ese señor no debe seguir ahí”.

A la voz de Fierro se unió la del activista Yeyron Valencia, miembro del movimiento Ciudadano Blanco, quien consideró que el fiscal debía salir de su cargo, porque no tiene condiciones éticas para estar en el mismo.

“Necesitamos gente que nos de garantías en los temas de investigación de corrupción tan delicados que tenemos en este país. El fiscal evidentemente tiene conflicto de intereses y es una persona que tiene que apartarse de este cargo, así como el fiscal ad hoc, esto hay que replantearlo porque o sino las investigaciones de corrupción de Odebrecht no van a llegar a ningún lugar”, dijo.

Valencia aseguró que era necesario que todo el equipo que está bajo la jurisdicción de Martínez Neira entreguen sus puestos, solo así le darían garantías al ente acusador.

Mientras Valencia culminaba su discurso, las 800 personas con arengas pretendían hacer eco en cada ciudadano que cruzaba por allí: “Ahí está, ese es, el fiscal de Odebrecht”, decían. Entre ciudadanos y activistas no dejaron de gritar un solo segundo, su objetivo era claro: la renuncia de Martínez Neira.

Y ese mensaje hizo eco en Iván Serrano, un hombre de 76 años, que tenía un periódico en la mano que decía “revolución” y gritaba fuerte “renuncie fiscal”. A juicio del ciudadano, “a ellos no los tumbamos con marchas, ni con manifestaciones, ni nada, solamente cuando el pueblo se organice y luche, con una ideología revolucionaria, es lo que nos garantiza que todos estos corruptos salgan del poder que todo lo que produce el pueblo sea para ellos. Esto es un pasito para llegar a algo”.

Otro de los asistentes fue Eliecer Sarmiento, un ciudadano que dijo que se había querido unir a esta iniciativa “porque me doy cuenta que el pueblo colombiano ha sido muy vulnerado en derechos y estamos siendo vulnerados en justicia, porque este fiscal corrupto está implicado en casos de corrupción”.

Para Eliecer, que un hombre con la “calaña” que tiene el fiscal este en el mando de ente investigativo del país es un irrespeto al pueblo e incluso “una traición a la patria”.