Diario del Cesar
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Las razones del descenso del Unión

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Unión Magdalena transitó por un complicado camino en el 2023, plagado de errores, desacertadas decisiones  deportivas, y el increíble pero cierto comportamiento deshonroso de su plantilla de jugadores que desencadenaron su descenso a la Segunda División del fútbol colombiano a falta de dos fechas.

Ni el “perdón” pedido por la dirigencia del club a sus hinchas, que lloraban en la puerta del Estadio, ni las lágrimas de ´cocodrilo´ derramadas por los jugadores tumbados en la cancha, han aplacado la indignación, tristeza, rabia e impotencia por la decepcionante campaña del 2023.

La derrota por 2-1 ante Bucaramanga sentenció el descenso, después de que el club acumuló sólo 81 puntos en 78 partidos jugados durante los dos últimos años, en los cuales ganó 18, empató 34 y perdió 26.

LOS 3 TÉCNICOS COMPROMETIDOS

Unión Magdalena acabó el año siendo dirigido por el tolimense Harold Rivera, quien llegó como ´bombero´ y aceptó el reto después del descalabro y salida del argentino Claudio Rodríguez, quien dejó enormemente fracturado al equipo, hasta el punto de que ni le paraban bolas en los entrenamientos. Rodríguez, con ligeros conocimientos, pero sin bagaje, asumió las riendas del equipo tras la salida del samario y eterno asesor Carlos Silva.

Aunque Rivera no logró el objetivo de salvar la categoría, el equipo para el segundo semestre mostró una mejor ‘cara’.

Rivera en compañía de Ferreira lucharon, pero les tocó llevar a cuestas unos resultados obtenido por el entrenar anterior (Claudio Rodríguez)

Para los hinchas, el técnico argentino es uno de los responsable de la campaña del equipo samario.  Empezando por la conformación de una nómina en donde le dio más relevancia a incorporar jugadores de corte defensivo, que ofensivo. Su terquedad, su poca visión del fútbol moderno y hasta podría decirse su mediocridad en lo táctico, fueron sentenciando al equipo bananero. Pero además, su falta de autoridad fue minándose al punto que ya sobre las postrimerías de su inminente salida le faltaron el respeto de distintas maneras.

REFUERZOS EXTRANJEROS

Otro de los factores en que falló el Unión Magdalena fue la contratación de los fichajes foráneos como Gonzalo Lucero y Yamil Romero, quienes tuvieron un rendimiento malo que llevaron al club a rescindir sus contratos.

La llegada del uruguayo Cristian Sención, que fue un pedido de Salas, tampoco cumplió las expectativas ofensivas que se tenían.

FALTA DE AUTOCRÍTICA

Esa autocrítica necesaria brilló por su ausencia durante el camino en la Liga sobre todo en el primer semestre, e impidió aplicar los suficientes correctivos para evitar resultados como el sufrido ante Bucaramanga, Pereira, América de Cali y Junior de Barranquilla.

Reconocer las falencias era una escala obligada para mejorar. Ahí pecó Unión, errores, desbalances y decisiones pasaron de largo y no fueron asumidos en su momento. Al final, esas pequeñas grietas se convirtieron en boquetes que terminaron por afectar la evolución del equipo, pese a los puntos altos que mostró en algunas etapas.

ERRORES EN EL PLANTEAMIENTO

Tanto Claudio Sergio Rodríguez, como Harold Rivera, no pudieron imponer su idea de juego y lograr progresos en el funcionamiento colectivo a medida que iban pasando los partidos. No encontró un onceno que le garantizara equilibrio. El conjunto no ha sido compacto ni ordenado ni solidario. Hay varios jugadores que solo atacan y otros que solo son útiles defendiendo.

PROBLEMAS DEFENSIVOS

Aunque para el proyecto 2023 fue prioridad encontrar una versión más equilibrada después de padecer con el descompensado Unión de Carlos Silva y Claudio Rodríguez, el equipo volvió a tener problemas defensivos. Muchos de ellos por errores puntuales, malas decisiones de sus defensores y desconcentraciones.

En los últimos juegos, incluso, recibió goles tras saques de banda. La pelota detenida también lo uso contra las cuerdas.

BAJO RENDIMIENTO

El bajo rendimiento de la mayoría de los jugadores, los nuevos y los que ya estaban, fue el plato de la temporada. Solo Gustavo Torres, Isaac Camargo, Daiver Vega y Nicolás Gil, mostraron un compromiso y un nivel de juego acorde con la exigencia del club.

Ni los arqueros se salvaron. Los errores garrafales de los dos, Ramiro Sánchez y Carlos Bejarano, sentenciaron numerosas derrotas para el cuadro samario.

MUCHA INTERMITENCIA

Demasiados cambios entre uno y otro partido. No consolidó una formación titular. Eso sí, el raquítico rendimiento de las individualidades y el afán de triunfo lo obligaban a modificar para tratar de mejorar.

FALENCIAS INDIVIDUALES

Las falencias futbolísticas colectivas e individuales no fueron compensadas con combatividad, garra y pundonor. La mayoría de los futbolistas ‘bananeros’ quedaron en deuda en ese aspecto. A muchos se les notó ansiosos, y sin el temperamento para encarar acertadamente la presión que reviste un equipo como Unión Magdalena en la actual situación.

DIVORCIO, EQUIPO, PRENSA E HINCHADA

A lo largo del primer semestre, fue evidente el divorcio entre el cuerpo técnico, prensa y la hinchada. El entrenador argentino Claudio Rodríguez, culpó a la prensa por los reclamos e insultos que recibe durante los compromisos que se juegan en el estadio Sierra Nevada, hasta el punto de ofender a algunos periodistas en demeritar si en realidad son graduados.

Con la llegada de Rivera, el hincha se volvió a acercar al cuerpo técnico, hasta el punto de brindarle su apoyo, lastimosamente el objetivo no se pudo cumplir.