Diario del Cesar
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En Tierra Grata han nacido 60 hijos de excombatientes

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En 2017, los reincorporados de las extintas FARC entregaron sus fusiles a Naciones Unidas para empuñar palas y azadones, incluso fabricaron ladrillos y bloques, y con sus propias manos ayudaron a construir los alojamientos que hoy son sus viviendas.

Desde entonces en este Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) han nacido 60 niños, quienes se han convertido en el vínculo emocional que los reincorporados y sus familias han establecido con este territorio. También se esmeran por sacar adelante sus emprendimientos de ferretería, bloques, ecoturismo, pequeña ganadería, cría de cerdos y gallinas ponedoras.

Juan Camilo Lee Penagos, de la UNAL Sede de La Paz, menciona que “en Tierra Grata y en todos los ETCR encontramos un variado espectro de realidades y saberes que enriquecen la sociedad colombiana, en su intento por reconstruirse y forjarse como una comunidad más justa e incluyente”.

“La academia puede acompañar y fortalecer los procesos que se adelantan allí, además de facilitar los intercambios de experiencias entre los excombatientes y los demás habitantes del país”.

Precisamente, los estudiantes de primer semestre Edxon Javid Maldonado (de Ingeniería Biológica) y Francisco Antonio de la Hoz Ortega (de Gestión Cultural y Comunicativa) y firmantes de la paz, están realizando una serie de visitas y entrevistas a los integrantes de esta comunidad. En su opinión, “los firmantes de la paz se vieron obligados a adaptarse a una nueva forma de vida y establecer una relación diferente con el territorio. Su espacio se redujo a una zona delimitada de aproximadamente 4 hectáreas”.

Asegura que entre los cambios más importantes que ha sufrido Tierra Grata está el demográfico. “Antes la familia era reemplazada por los compañeros de fila. Las mujeres no podían tener hijos por la dinámica del conflicto; lo más complejo de parir un hijo en el monte era que se tenían que desprender de ellos y les tocaba llevarlos a algún lugar donde no corrieran peligro: un amigo, un familiar o alguien conocido. Los que nacían en el monte no tenía sus raíces en el monte, puesto que la vida guerrillera no era para los niños”, rememora.

Tierra Grata es ese lugar donde por primera vez las reincorporadas pueden traer sus hijos al mundo, estar tranquilas porque que sus hijos pertenecen a esta tierra, y, como dicen los viejos del Cesar, “acá está enterrado su ombligo”, por ser el lugar donde nacen y se crían.

El espacio físico es otro de los aspectos que ha cambiado. Al principio solo había dos casas de bahareque y tabla en medio de un potrero. Hoy es un proyecto de vivienda con bloques y cemento que goza de servicios de agua y energía eléctrica.

Con estos pormenores, y en el marco de la asignatura Fundamentos de las Ciencias Sociales, los estudiantes escribieron la ponencia “Concepciones territoriales: la transformación de una guerrilla a una comunidad arraigada”, la cual fue aceptada en el IX Congreso Internacional de Geografías Críticas, que se realizará en octubre en México.