Diario del Cesar
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LA PENA DE MUERTE: lo que le espera al español que asesino al médico colombiano

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   “Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”. Con esta esclarecedora revelaciones, este domingo Daniel Sancho, hijo del actor español Rafael Sancho, ante sus abogadas de oficio y varios agentes de la comisaría de policía de Koh Pha Ngan, confesó el asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta Arteaga, médico cirujano colombiano, de 44 años, en Tailandia.

Pol Lt Gen Surapong Thanomjit, comisionado de la Región 8 de la Policía Provincial, dijo que la aprobación judicial se produjo después de que una prueba de ADN de partes humanas encontradas por recolectores de basura.

El sospechoso español, Daniel Sancho Bronchalo, ha sido acusado de homicidio premeditado, ocultamiento y sustracción de partes del cuerpo para encubrir la muerte o la causa de la muerte. Se creía que los dos hombres habían estado involucrados en una relación durante aproximadamente un año.

A pesar de estas declaraciones, las malas noticias para la familia Sancho apenas empiezan.

PENA DE MUERTE

Hay que recordar que Tailandia cuenta con una de las legislaciones más duras del mundo y el código penal es de lo más tajante en todo lo relacionado a los homicidios. Es así que en su artículo 288 se puede leer que aquel que sea declarado culpable de asesinato podrá ser condenado a prisión por un periodo de entre 15 y 20 años, a cadena perpetua o a la pena de muerte.

Esta última se aplica con poca frecuencia actualmente, pero sí se hace en casos extremos.

En Tailandia, la pena de muerte puede aplicarse a delitos como homicidio, tráfico de drogas en grandes cantidades, traición y otros delitos graves.

Las ejecuciones suelen llevarse a cabo mediante un pelotón de fusilamiento. En algunos casos, los condenados a muerte pueden pasar muchos años en el corredor de la muerte antes de que se ejecute la sentencia.

“Como es un delito de asesinato con dos agravantes, homicidio agravantísimo, pues prácticamente tendría como sanción la pena de muerte, no sería la de cadena perpetua”, dijo el abogado Marcos García Montes al diario As.com.

Aunque son poco frecuentes, las ejecuciones en Tailandia están permitidas por la ley y la posibilidad de que Sancho tenga que cumplir la pena de muerte es real, según la norma penal de este país asiático.

La única opción que le quedaría al chef español es que el rey Maha Vajiralongkorn se la conmutara.

Muchas de las penas se conmutan y, en caso de ser condenado a muerte, Sancho aún tendría la opción de pedir clemencia al monarca.

LAS PRUEBAS

Las pruebas contra Sancho, según medios de Tailandia, parecen contundentes. Los agentes contarían con imágenes de cámaras de seguridad en las que se puede ver a Sancho comprando cuchillos y una sierra, además de viajando en una moto con una bolsa de deporte.

De esta manera, aunque es pronto para saber qué dictaminará el juez, Daniel se enfrentaría a una durísima condena que podría ir de la pena capital a pasar muchos años en alguna cárcel de Tailandia, un recinto con difíciles condiciones de higiene y nutrición y donde la seguridad de los presos no está garantizada.

El español Daniel Sancho Bronchano reconoció que es culpable del asesinato en Tailandia de su amigo colombiano Edwin Arrieta Arteaga, y que lo hizo porque se sentía su rehén.

Sancho, de 29 años e hijo del actor español Rodolfo Sancho, lleva bajo custodia policial desde el viernes y se declaró culpable del asesinato y desmembramiento de Arrieta el sábado, si bien no se han presentado aún cargos formales en su contra.

LO QUE DIJO

“Él estaba obsesionado conmigo . Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio”, señaló.

Sancho, que llegó a Tailandia el 30 de julio y a la isla de Phangan el 1 de agosto, relató que el cirujano colombiano decidió unirse a su viaje.

Hay otro caso, el de Artur Segarra, un español condenado a la pena capital en 2016 por el asesinato del empresario David Bernat en Bangkok, sienta un precedente.

En ese entonces, Segarra, como podría hacer Sancho, pidió clemencia al rey tailandés y lo consiguió. Se le cambió la pena por cadena perpetua y se abrió la posibilidad de un traslado a una prisión española, aunque tuvo que cumplir un mínimo de ocho años en una cárcel tailandesa.

Además, una condena en una prisión tailandesa no solo significa el cumplimiento de una sentencia penal. Los reclusos deben también sobrevivir en un ambiente extremadamente hostil.

La realidad de estas cárceles incluye hacinamiento, falta de servicios médicos, insuficiencia de higiene y nutrición, y violencia entre los presos, según medios españoles./Colprensa