Posteriormente, otro ciudadano venezolano que había vivido en la misma residencia también fue asesinado en el mismo barrio, elevando la preocupación en la comunidad de Apartadó, donde se han registrado tres homicidios en la misma semana. Este fue el primero de muchos de los casos más destacados de lo que va de la semana, pero: ¿Qué está pasando en materia de inseguridad en Colombia?
“Los problemas de violencia y delincuencia se han incrementado desde finales del 2018. En particular se han incrementado los hurtos, siendo el hurto a personas el que más se ha incrementado, en especial el robo de celulares, que representa cerca del 40% de los hurtos a personas. Por otro lado, se detuvo la tendencia a la baja de los homicidios y ha aumentado en los dos últimos años en el país y en algunas importantes ciudades, como es el caso de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena”, explicó Hugo Acero Velásquez, experto en seguridad, defensa y justicia.
Además agregó: “detrás de este incremento de la criminalidad se tiene una criminalidad cada vez más organizada, que se disputa, de manera violenta, las distintas rentas criminales, como el narcotráfico, el microtráfico, la extorsión, los hurtos de celulares, carros y motos, la trata de personas, el comercio de armas y el contrabando”.
Otro caso que ocurrió el martes 18 de julio, en Cota, Cundinamarca, fue el tiroteo en el restaurante Balsámico Campestre que dejó un muerto y cuatro heridos. Dos hombres en moto llegaron al lugar y abrieron fuego contra las personas presentes.
La víctima fatal fue identificada como Jhon Arroyo, originario de Buenaventura, Valle del Cauca. Aunque se sospecha que pudo ser un ataque sicarial, las autoridades aún investigan los motivos detrás del incidente y si el objetivo era específicamente Arroyo. Los heridos fueron llevados a centros médicos para recibir atención, mientras los bomberos y ambulancias acudieron al lugar para asistir en la emergencia.
Continuando con la explicación, Acero expresó: “En la actualidad, existe una criminalidad cada vez más organizada qué hay que enfrentarla con acciones contundentes de inteligencia e investigación criminal para desarticular las distintas organizaciones criminales y golpear sus finanzas. No basta con tener más policías en las calles, se requiere acción especializada y contundente”.
“Se ha reducido la confianza de los ciudadanos en las instituciones de seguridad y justicia, tras las protestas sociales, el control policial de la pandemia y las discusiones públicas entre las autoridades nacionales y locales (…) Es casi inexistente el trabajo en equipo entre las autoridades nacionales y locales (alcaldes y gobernadores), así como la participación de los ciudadanos y comunidades. Sin este trabajo coordinado y participativo es muy difícil obtener resultados en materia de seguridad”, añadió Acero.
Uno de los hechos violentos más sonados de la semana se dio el miércoles 19 de julio, en Bogotá, donde se reportó otro grave hecho de violencia frente a Corferias. Dos ciudadanos extranjeros, uno portugués y otro venezolano, fueron asesinados por sicarios durante la noche. Los homicidios ocurrieron alrededor de las 10:30 p.m., mientras los asistentes de Agroexpo abandonaban el recinto ferial.
Por su parte, las autoridades investigan el motivo detrás del ataque, y se ha confirmado que una de las víctimas era expositor en la feria. Los criminales huyeron en una motocicleta y utilizaron un silenciador para evitar levantar sospechas. Corferias emitió un comunicado lamentando el hecho y colaborando con las autoridades para esclarecer el crimen.
“En la Seguridad Ciudadana, son varios los factores que están involucrados. Uno de los más importantes es que hay una penetración más profunda de estructuras de crimen organizado que superan el alcance de lo que sería un grupo delincuencial ordinario y que incluye problemas de seguridad nacional dentro de la ciudad. Para lo cual, no hay un plan de Seguridad Ciudadana realmente establecido que tenga esa visión de alcance estratégico”, dijo Farid Badrán Robayo, analista y consultor en asuntos de seguridad nacional e internacional.
Finalmente y dejando muchos otros casos importantes sin nombrar llegamos a Jamundí, Valle del Cauca, también el 19 de julio, donde desconocidos lanzaron una granada contra una patrulla de la Policía en el barrio Portal del Jordán, dejando dos policías y cinco civiles heridos sin gravedad. El alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez, repudió el hecho e informó que se están investigando diversas hipótesis, incluyendo posibles retaliaciones con respecto a grupos armados organizados. Han mantenido reuniones con el Ministerio de Defensa y del Interior para agilizar las investigaciones y buscar soluciones para evitar que estos incidentes sigan ocurriendo en el municipio.
“En la seguridad nacional, lo que sucede es que hay un rompimiento entre la política, el direccionamiento político y el mando estratégico, lo cual no es culpa realmente de las fuerzas militares, porque mientras la política no se aclara, las fuerzas militares no van a tener una base de la cual partir para desarrollar su direccionamiento estratégico y operacional. Ese tipo de cosas, inducen al error a las fuerzas militares, pero no es un problema militar, sino que es un problema de mando político”, concl