Diario del Cesar
Defiende la región

“Pasó un año y no sabemos quién mató a mi hija”

MADRE DE CINDY BUSTOS OSPINO

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El pasado 1 de febrero, se cumplió un año de la muerte de la profesional de enfermería Cindy Julieth Bustos Ospino, cuyo cuerpo fue localizado, tres días después, en estado de descomposición en una trocha del corregimiento de Azúcar Buena, Valledupar.

Desde entonces las autoridades iniciaron una investigación, pero en todo este tiempo no ha dado frutos, debido a que no se han registrado capturas por parte de la Fiscalía.

Para los familiares de Cindy, el principal sospechoso es quien era su compañero sentimental, a quien identificaron como Arly David Rangel Verano, un taxista de esta capital con quien la víctima fue vista por última vez, incluso por sus hijos que la quedaron esperando en la vivienda.

“Este hombre regresó con los brazos arañados, pero a mi hija no le encontraron ADN en las manos porque fue encontrada en estado de descomposición, ha sido una situación muy difícil en todo este tiempo.  Mi hija era maltratada por este hombre que desde el día que desapareció Sindy, él no dio más la cara, pero si sabemos que está en Valledupar como si nada», dijo Isbelia Ospino, madre de la mujer.

Igualmente relató que sin bien es cierto la Fiscalía en Valledupar les ha indicado, en reiteradas ocasiones, que el caso es prioridad, siguen esperando que haya justicia. “Ya pasó un año sin saber quién mató a mi hija, a ella la asesinaron con arma blanca”, dijo.

El cadáver de Cindy Julieth Bustos Ospino, de 37 años; auxiliar de enfermería, oriunda de Granada, Magdalena, fue localizado el 4 de febrero de 2022. Esta mujer tenía tres días desaparecida, tiempo en el que sus familiares imploraban a Dios que el cuerpo no se tratara de la Cindy. “Desde el momento que me enteré que se trataba de mi hija, estoy viviendo una interminable pesadilla, sentí que una parte de mi alma se fue con ella, más aún cuando días antes del crimen, sentí que ella me quería informar sobre el riesgo en el que se encontraba, lo dice mi corazón de madre; ella quería decirme algo, me preguntaba insistentemente cuando la visitaría en su apartamento ubicado en el barrio 450 Años, el cual compartía con su pareja y dos de sus hijos.

Por el descanso de mi alma y la de mi hija, pido ayuda a las autoridades y a las personas que pudieron haber visto algo el día del crimen, que colaboren con los investigadores. Exijo que la muerte de mi hija no quede impune, necesito saber dónde está el asesino y qué pasó con Cindy; mi alma y mi corazón están llenos de tristeza esperando el respaldo de la Fiscalía que sigue sin respuesta”, manifestó la dolorida madre.