Impresionismo y sus huellas en la cultura
Por:
ZARITA
ABELLÓ
DE BONILLA
La pintura contemporánea se localiza a finales del siglo XVIII, la ruptura del concepto que tiene como norma suprema la belleza basada en los modelos de antigüedad clásica, pero al mismo tiempo se mantenía viva la referencia del arte del renacimiento.
Fue el impresionismo una creación genuina francesa que modificará muchos conceptos e ideas adquiridas en la pintura; primero porque supuso una revalorización de dos elementos: el color y la luz natural, controlada por los artistas desde su estudio. Este nuevo planteamiento suponía una concepción revolucionaria como era pintar al aire libre, entender que el color real es algo físico, además el color se recibe de manera muy distinta, no solo en función de la luz sino de otros colores que la rodeara, por esta razón recibirán los cometarios más despiadados por la crítica, los pintores utilizaban una pincelada muy pequeña como rayas o manchitas, sin seguir el patrón del dibujo y de las formas.
Revolucionaron estos pintores también el ambiente artístico de París en 1874, al mostrar sus pinturas en un lugar tan ajeno a las exposiciones de bellas artes, como era en su antiguo salón de fotografía ‘Nadar’.
Aquel grupo de pintores que se reunieron en el café Guerbois y salían a pintar a los mismos lugares de los alrededores de París, su preocupación por captar los matices cambiantes de la luz a distintas horas del día y en diferentes épocas del año, les llevaron a pintar series del mismo tema.
El pintor más atípico de todos los impresionistas por concepto de técnica, y temas que le interesaron fue Edgar Degas, este pintor no se interesó por el paisaje, ni por la pintura al aire libre, ni seguir las técnicas de sus colegas, el valoraba ante todo el dibujo desde ángulos atrevidos como el de la escena de una pareja al interior de un café.
El último período artístico del siglo XIX suele designarse como post impresionismo, la realidad artística fue mucho más compleja, pero el postimpresionismo no debe entenderse en modo alguno como un movimiento pictórico, sino como un período artístico a partir de 1886; fueron los únicos intérpretes del variado momento histórico que vivió Europa, con Cezane, Gauguin y Van Gogh.
También se destacó por el estilo modernista de sus carteles para productos comerciales. El artista checo Alphonse Mucha, siendo el artista preferido de la actriz francesa Sarah Bernhardt para anunciar sus representaciones teatrales en sus papeles de Gismonda que inmortalizó esos carteles.