Las conexiones ilegales más las 23 derivaciones y 130 subderivaciones registradas en los libros de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, están acabando con el río Guatapurí, sumado esto a la intensa sequía y la falta de cultura ciudadana.
Aunque este tema no es para nada nuevo, sigue generando debates, denuncias y preocupación por parte de la comunidad, sobre todo por la falta de acciones contundentes de las autoridades ambientales para el control del uso del agua, especialmente en este fuerte verano que ha disminuido drásticamente el caudal, que actualmente no supera los 30 centímetros de altura en la cuenta baja.
Este desolador panorama que presenta hoy el río, como una de las mayores riquezas naturales del Valle del Cacique Upar, ha sido objeto de denuncia año tras año, más aún en esta época de sequía.
No obstante, no se observan medidas drásticas para acabar con esta problemática repetitiva, y al parecer no hay mucho qué hacer al respecto, puesto que las captaciones de agua del río son legales ante el Gobierno Nacional, claro está por que se tramitan ante Corpocesar por medio de concesiones que para una cierta mayoría de la comunidad es perjudicial, mientras que para otra esto es de beneficio económico para la región ya que gran parte de esas aguas van hacia las fincas productoras y no alcanzan a llegar al contaminado río Cesar.
Pese a los reiterados llamados de atención de diferentes sectores a la entidad para que tome cartas en el asunto, la situación es cada vez más compleja y es peor hasta el punto que en la zona del balneario Hurtado ya se observan desvíos de mayor amplitud dejando cada vez más pequeño el sitio para que propios y turistas puedan disfrutar de estas frías aguas.
CONTRALORÍA SE PONE AL FRENTE
Ante la preocupante situación por la cual atraviesa el río Guatapurí, el 28 de marzo del 2019 la Contraloría Municipal realizó un foro que llevó por nombre ‘En defensa del río Guatapurí’ con presencia de los entes de control, autoridades ambientales y comunidad en general.
En ese espacio desarrollado especialmente para despejar dudas, el contralor municipal Edwin Girón Quintana preguntó al director de Corpocesar, Julio Suárez Luna, sobre el control al consumo de agua por parte de las concesiones en época de invierno, ante lo cual el Director respondió que en el aforo que se hizo en febrero, el río tenía 6.200 y tantos hilos de agua, pero en una época normal de verano el río debía tener 11.256 hilos por segundo, es decir que hasta ahora tiene la mitad.
Además habló de tres concesiones que estarían consumiendo 3 o 4 mil litros de agua por segundo, al ser las más intensas, pero aclaró que “Corpocesar a partir del mes de diciembre comenzó a hacer las regulaciones y comienza a bajar porcentualmente a estas concesiones, que están reducidas a un 60%”.
Finalmente, el foro alcanzó la participación de muchos actores, en donde se presentaron algunos diagnósticos con propuestas claras según el Contralor Municipal, con la participación de los arhuacos, que son los primeros en conservar estas áreas donde ellos de manera milenaria han protegido lo que es el río.
No obstante, Olmar Quintero, director de la Escuela Ambiental del Cesar, aclaró que hace 30 años está escuchando los mismos foros y reuniones, y las acciones jamás se han visto. “Ya es hora que entiendan que no se trata de reuniones sino de acciones verdaderos que redunden en el río Guatapurí”.
CONCESIONES PODEROSAS
Según el ingeniero ambiental y sanitario, Neftalí Méndez, son alrededor de 580 concesiones de agua superficiales las que existen y que algunas tienen como fin captar del río 50 litros por segundo y en realidad captan 500 litros por segundo beneficiando a las familias más poderosas del Cesar, quienes se usufructúan de estas derivaciones.
LAS DERIVACIONES
En la Resolución Reglamentaria Número 139 del 4 de agosto de 1987, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, tiene a su orden un caudal base de reparto del Guatapurí de 11.260 litros por segundo.
En el reporte la entidad ambiental, aclara que un total de 7.863 litros por segundo son asignados a concesiones o permisos cedidos desde hace más de 30 años, por lo que los 3.396 litros por segundo hacen parte del caudal remanente.
En la resolución de 4 de agosto de 1987 se encontró que al predio ‘La Estancia’ se le realizó una ramificación con una asignación de un litro y subderivación de la misma magnitud. En ese mismo año, Corpocesar otorgó permiso a los predios ‘La Mano de Dios’ para obtener 182 litros por segundo.
En los folios de la entidad, también se encontró que la derivación izquierda número 19 (Caño Molina) capta cuatro litros por segundo de agua para llevarla hasta la finca ‘Las Tamacas’.
Así mismo, en la resolución 636 del 19 de noviembre de 1991 se realizó una derivación al predio ‘Villa Nancy’ con desviación del caudal de 57,68 litros por segundo.
En la resolución 022 del 25 de febrero de 2003 se realizó una octava derivación a Emdupar, ramificación por donde pueden pasar 1.800 litros de agua por segundo para la planta de tratamiento de la empresa de servicios públicos.
UN TEMA DE NUNCA ACABAR
El DIARIO DEL CESAR quiso entrevistar en varias ocasiones al director de Corpocesar, Julio César Suárez, sobre este tema y en primero lugar expresó: “otra vez ese tema, todos los años es lo mismo”, posteriormente se negó a dar declaraciones.
No obstante, reveló a otros medios de comunicación que las concesiones son legalmente otorgadas y datan de 1963 y 1989 dentro de las normas del gobierno colombiano, que suministran agua a todos los puntos necesarios del municipio y fueron identificadas desde hace mucho tiempo logrando con esto atender a la necesidad del agua.
VALOR DEL AGUA
La Corporación Autónoma regional del Cesar estableció que dependiendo al uso que se le dé al agua por medio de las concesiones tiene un costo. 124 mil pesos es el costo del litro por segundo para uso industrial, 70 mil pesos para uso agropecuario y 63 mil para uso doméstico.
EL DECRETO
A través del Decreto 1541 del 26 de julio de 1978, el entonces Ministerio de Agricultura, hoy conocido como Ministerio de Medio Ambiente, tiene por finalidad reglamentar las normas relacionadas con el recurso agua en todos sus estados y brinda facultad para el dominio de las aguas, cauces, y riberas y las normas que rigen su aprovechamiento sujeto a prioridades, en orden a asegurar el desarrollo humano, económico y social, con arreglo al interés general de la comunidad.
Pero además, en el mismo artículo primero, inciso tres, seis y ocho establece las restricciones y limitaciones al dominio en orden a asegurar el aprovechamiento de las aguas por todos los usuarios, la conservación de las aguas y cauces, en orden de asegurar la preservación cualitativa del recurso y proteger los demás recursos que dependen de ella, y las sanciones y las causales de caducidad a que haya lugar por la infracción de las normas o por el incumplimiento de las obligaciones contraídas por los usuarios.
SIN RECONOCIMIENTO NO HAY PAGO
Pese a que Corpocesar es el encargado de otorgar las concesiones a los diferentes usuarios, al parecer aún no existe un reconocimiento de los dueños de las derivaciones del Guatapurí hecho que afecta directamente a la Corporación porque no recibe pago de los propietarios por falta de un registro a raíz de que supuestamente fueron otorgadas hace más de tres décadas.
Es decir, con esto se deja claro que no existe un verdadero control de las derivaciones, ni legales o ilegales, hecho que preocupa aún más y genera un desalentador panorama, aquel que es más triste aún por el uso irracional del agua en viviendas, empresas o calles.
Así pues, este río de aguas frías, que nace en la laguna Curigua en el sistema montañoso litoral más alto de Colombia, como lo es la Sierra Nevada de Santa Marta, y desemboca en la margen derecha del río Cesar, ha tenido una gran pérdida en su caudal, pasando de ser un gran torrente a un riachuelo con piedras, del que solo está quedando el recuerdo.
Sin embargo, los ciudadanos aún guardan las esperanzas que las autoridades ambientales actúen a tiempo para que el afluente de inspiración de grandes compositores del folclor, poetas y artistas de la región, de vivencias únicas y amigo secreto de cientos de personas propias y extranjeras, vuelva a ser tan caudaloso e imponente como antes.