Los grupos modernos, siguen enchufados en el modernismo y muchos perdieron la ruta de la génesis folclórica, pero inexplicablemente se siguen llamando vallenato, aseguran los defensores de la juglaría.
POR
WILLIAM
ROSADO RINCONES
En el reciente encuentro de gestores culturales que se dio en Valledupar por el rescate de las raíces vallenatas, atendiendo el clamor de la Unesco, ya se vislumbra preocupación porque es poco lo que se ha hecho y siguen pululando las letras que con el sofisma de ser vallenato invaden el mercado.
“Afortunadamente dos décadas atrás, antes de que la Unesco se preocupara por el rescate, ya la Fundación Festival de Leyenda Vallenata, había implementadolos patrones para la conservación de los aires folclóricos, lo que se ha irradiado a otros festivales”, dijo el investigador, Tomás Darío Gutiérrez.
Pero el emplazamiento a los artistas modernos sigue, para que se reivindiquen con canciones apegadas a lo natural, que dejen de lado lo baladí, pues consideran que lo que la entidad hizo fue tirarle un salvavidas al género, ante los atentados a su esencia.
A los ejecutores jóvenes, les cabe la responsabilidad de que al vallenato vuelvan las canciones que rescaten los valores naturales y los contenidos amorosos sin la discriminación ni las ofensas.
Lo innegable es que para lograr la conquista de los nuevos estadios de la música fue necesario adoptar ropajes estructurales que incidieron en el avance, pero lo que no se puede aceptar es el cambio en las raíces melódicas, argumentan los defensores, sobre todo, cuando estas son manifestaciones empíricas de una generación de osados intérpretes que enfrentaron el reto de patentar una música como suya.
Ese trasegar campesino de los primeros senderos influenció la musa de estos cantores quienes matizaron los contenidos con romanticismos reales, casi siempre relacionados con la naturaleza, las mujeres y los compadres del entorno.
QUE SE PRESERVEN LAS RAÍCES: UNESCO
Lo que la UNESCO premia a la juglaría es la excelencia de transmisión oral de la cultura en los pueblos provincianos quienes en cuatro versos narraban las grandes historias que inmortalizaron los momentos y a los autores mismos.
/La mujer y la primavera
Ay son dos cosas que se parecen
La mujer huele cuando está nueva
La primavera cuando florece/
La entidad lo que quiere con el vallenato, es que ese tipo de canciones como ‘La Mujer y la Primavera’ de la cual es la estrofa citada, no mueran, y se preserven esas raíces, por eso tiene tres listas clasificatorias: la de patrimonio representativo, la de mejores prácticas de salvaguarda y la de patrimonio cultural que requiere medidas urgentes de salvación, y en esta última fue que reseñó al vallenato.
En ese sentido se advierte la preocupación por una eventual desaparición de esas manifestaciones criollas y es, lo poco acatado, la preocupación de losortodoxos.
He ahí el reto para las nuevas generaciones que si bien caminan al compás de la modernidad, se han apartado del sendero identificador del vallenato, a tal punto que algunos se han fusionado con champetas y reggaetón, una alianza peligrosa para la autenticidad del género, opinan algunos expertos.
LA NUEVA OLA
Las evoluciones han sido consecuentes dentro del vallenato, en su oportunidad los juglares sintieron las influencias de Nuevas Olas, y así lo evidenció en un canto Alejo Durán:
/Ya mi negra me dejó
Como me compongo ahora
Porque ella dice que yo
No soy de la Nueva Ola/
Para ese entonces ya se sentían los movimientos de grupos vanguardistas como Carlos Román, Aníbal Velázquez, o Dolcey Gutiérrez.
La aparición del cantante en los grupos vallenatos fue otra de las facetas que impactó a la juglaría, muchos de los cuales sucumbieron y a otros les tocó echar mano de ese recurso, como Calixto Ochoa con Lucho Cuadros y con otros tantos; Luis Enrique Martínez grabó con Beto Martínez y Juan Manga; Nafer Durán y‘Colacho’ Mendoza lo hicieron con Diomedes Díaz, entre otros, pero aunque perdieron un poco de autonomía se respetó gran parte de los orígenes.
Los pasos evolutivos siguientes, volvieron a enfrentar otros reductos innovadores, pero más cargados de tecnologías y vertientes diferentes en las composiciones, ya no producidas de las mentes del compositor, sino exigidas en su gran mayoría por los intérpretes, quienes trotan al compás de los ritmos contemporáneos imitados en otras culturas y acolitados por programadores de música que no ponen el tamiz, por estar muchas veces incentivados por losintereses de los productores y músicos. Este es otro punto de la corrosión de ese vallenato al que le mostraron tarjeta amarilla, pero que se acerca a la expulsión por el poco caso que han hecho.