Diario del Cesar
Defiende la región

En el Sicarare mataron a ´pinky’ 

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Tras permanecer por más de 10 días en cuidados intensivos luchando por su vida, murió este sábado en la madrugada Raúl Guillermo Armenta Castillo, quien recibió un disparo en la región abdominal en medio de una supuesta riña en Valledupar.

La víctima de 26 años, conocida con el alias ‘Pinky’, según el reporte de las autoridades se encontraba el pasado 16 de julio  en la carrera 4C número 21ª-38 del barrio Sicarare de Valledupar, departiendo con varios conocidos cuando alrededor de la 1:00 a.m. se vio involucrado en una riña siendo herido de un tiro en el abdomen y múltiples traumatismos en diferentes partes del cuerpo, por lo que fue trasladado a un centro médico, y posteriormente a la clínica Médicos Ltda de Valledupar, en donde falleció.

Sin embargo, pese al informe oficial de las autoridades se dio a conocer un video del día de los hechos, en donde el joven vistiendo un suéter blanco y bermuda de jean, es brutalmente golpeado por varios ciudadanos, al parecer, luego de ser sorprendido robando. En la grabación pese a la herida que la víctima tenía y la súplicas del dolor que está le ocasiona, el grupo de personas le pegan ´Pata y puño´ y con cascos de motocicleta.

La inspección técnica al cuerpo estuvo a cargo del CTI de la Fiscalía, quienes llevaron el cadáver al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valledupar.

TENÍA ANTECEDENTES             

Armenta Castillo, quien residía en la calle 25 número 3ª- 21 de Villa Del Rosario, de la capital del Cesar, registró 14 anotaciones judiciales, por diferentes delitos, entre ellos hurto calificado agravado y fabricación, tráfico o porte con arma de fuego.

´Pinky’, hizo parte de la banda ‘Los de la Cuarta’, o el combo de del ´Mono’ Charlee dedicada a cometer hurto bajo la modalidad de utilizar armas de fuegos, y objeto cortopunzante, la cual fue desmantelada en el año 2019.

En dicho combo, Raúl, cumplía el rol de  guardar las armas con las que se cometían los robos en su vivienda, y luego hacía la tarea de entregársela a otro compañero, quien se encargaba como estocada final, es decir, abordar a sus víctimas para hurtar sus pertenencias.