El Juzgado Segundo Penal del Circuito con funciones de conocimiento de Valledupar condenó a Miguel Ángel Angarita Arrieta, de 19 años, a pagar una pena de 19 años y dos meses de prisión por matar al limpiavidrios Estiven Elías Barros Salinas, en episodio registrado en septiembre de 2019, en la calle 17B con carrera 36 del barrio La Victoria, al suroccidente de Valledupar.
En la lectura de fallo, el juez leyó la decisión contra Angarita Arrieta por el delito de homicidio agravado.
El condenado aceptó los cargos y, tras preacordar con la Fiscalía, recibió una rebaja de la mitad de la pena.
La sentencia quedó debidamente ejecutoriada en estrado ya que las partes no presentaron recursos.
El togado, atendiendo la pena impuesta, la naturaleza y gravedad de la conducta punible, consideró improcedentes los mecanismos sustitutivos de la pena, de suspensión condicional de ejecución de la pena y prisión domiciliaria, “pues esa pena rebasa el aspecto objetivo exigidos para que procedan los referenciados sustitutos”.
ASESINADO POR UNA ‘PELEA VIEJA’
La víctima, Estiven Elías Barros Salinas, falleció poco después de ser sometido a una cirugía por los galenos del hospital Rosario Pumarejo de López, debido a los graves daños que le dejó la herida de arma blanca que recibió en la pierna izquierda, sobre la región inguinal, por el grave compromiso que tuvo la arteria femoral.
El fallecido vivía con su progenitora en la invasión La Fe, ubicada cerca del sitio donde fue atacado; hacía pocos días se había separado de su mujer, a quien dejó embarazada, y se ganaba la vida limpiando vidrios de los carros que transitan por los semáforos de la avenida Fundación.
Además, era el menor entre tres hermanos y era oriundo del municipio de Codazzi.
En su momento, el indiciado aseguró que: “Yo me defendí del muchacho Estiven, porque meses atrás había tenido problemas con él. Lo que pasó ahora fue que yo estaba bebiendo y me iba para mi casa a dormir y cuando iba llegando, él iba pasando. Me frenó, empezó a hablarme y a recordarme lo que había pasado; yo le dije que dejara eso así, que yo sabía que lo había cacheteado pero que no quería problemas y el me respondió que lo tenía con rabia y ofendido, entonces me agredió a trompadas y yo me defendí con un cuchillo que tenía y le propiné la puñalada”.