Diario del Cesar
Defiende la región

El regreso del caos y la violencia 

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Luego de una ronda de diálogos con varios sectores de la dirigencia nacional, tuvo lugar el encuentro del Presidente de la República con quienes son reconocidos como promotores del paro nacional. El resultado no fue halagador para la Nación, aunque sin duda es un buen paso en la búsqueda de acuerdos que termine con una parálisis causante de daños y angustias para los colombianos.

Con esas rondas se ratifica la vocación democrática de nuestro país y de su gobierno, lo que debe ser reconocido en medio de la borrasca de violencia que han ocasionado quienes aprovechan la protesta social para tratar de sembrar el caos. Son esos factores los que utilizan el vandalismo y las vías de hecho que destruyen y ponen en peligro la integridad de seres humanos que tienen derechos y deben ser protegidos de aquellos que los convierten en blanco de sus intenciones perversas.

A la cita, los miembros del comité promotor del paro llegaron con una agenda casi igual a la que presentaron hace dieciocho meses, la cual abarca un temario conocido con suficiencia por la opinión nacional. La diferencia es el tono de los reclamos de ahora y la nueva amenaza de convocar otra parálisis, en medio de la incertidumbre que han causado las tomas, los bloqueos y las confrontaciones que se han producido en muchas partes del territorio nacional, en especial, en Cali.

Así, en el día de hoy se realizará una nueva protesta social que producirá un nuevo perjuicio a la Nación. “No hubo empatía del Gobierno”, es el gran justificativo de un paro que, todo parece indicar, fue paleado y organizado hace bastante tiempo antes de la reforma tributaria que fue retirada por el Gobierno Nacional debido al rechazo que produjo. Sin embargo, debe hacerse notar que quienes pagarán los platos rotos serán los colombianos, en especial los de menos recursos y los más necesitados de que regrese la normalidad para poder recuperar su trabajo y sus ingresos.

Se producirá entonces otro hecho que perturba la normalidad y afecta la vida de todos los colombianos. Dentro de lo expresado por los promotores que asistieron a la cita en el Palacio de Nariño, fue evidente la coincidencia entre ellos y el Gobierno en el rechazo a la violencia, no obstante las sindicaciones a este último y el deseo de algunos de los integrantes de la movilización por cambiar la institucionalidad de Colombia.

Pero así es la democracia y hay que respetar la expresión del desacuerdo, si se manifiesta sin recurrir a la violencia, y sin causarles daño a los colombianos, lo cual no se ha dado. Todo lo contrario, en estas marchas y en el paro se ha presentado una desenfrenada ola de violencia jamás vista en el país.

Ojalá, en el paro que se reinicia hoy se respete el derecho de la inmensa mayoría de los colombianos que no comparte su forma de protestar. Y ese derecho nos asiste a quienes no concurrimos con la violencia