Los Obispos reafirman urgentemente que “la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres”.
Ante la compleja situación social que está atravesando el país en estos momentos, enmarcada en la emergencia sanitaria mundial, y debido a que las protestas se tornaron violentas, la Iglesia Católica ha emitido un comunicado de 8 puntos en el que advierte que, si bien las protestas son un derecho válido de ejercer y una alternativa, éstas deben hacerse respetando los Derechos Humanos.
“Rechazamos decididamente, sea cual fuere su proveniencia, las violaciones a los Derechos Humanos, los actos de violencia vandálica, los bloqueos a la movilidad y al abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los atentados contra la integridad física de cualquier persona, los destrozos causados a los bienes públicos y privados.
También, en este comunicado relacionado con el tema del paro nacional, nuestros Obispos expresan el dolor de Iglesia por las muertes, los heridos y los enfermos que no han podido contar con la atención de la misión médica, por causa de los cierres y las afectaciones en las vías.
En este mensaje, los Obispos reafirman urgentemente que “la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres, además de deslegitimar y hacer cuestionable cualquier protesta social”. Ante ese llamado urgente del Episcopado, nos sentimos comprometidos, como iglesia particular de Santa Marta, a pronunciarnos por todos los hechos dolorosos que hemos vivido también en nuestro Departamento.
Desde nuestra fe cristiana sentimos dolor por las víctimas. Queremos estar cercanos a todos, especialmente, a los heridos, a quienes lo han perdido todo. Queremos decirle que como Iglesia diocesana, los apoyamos espiritualmente y estamos dispuestos a colaborar en lo que podamos serles útiles.
Queremos llegar al corazón de todos, para que comprendan que este grave pecado contra el Señor de la vida, es también la peor ofensa contra hermanos colombianos que tienen derecho a vivir en armonía y paz. Cese ya este camino equivocado de destrucción y muerte. “¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se están impulsando! Es momento de emprender juntos en la tarea de generar un modelo de desarrollo humano integral”, afirmaron los Obispos en el comunicado mencionado.
Además, nos invitan a “avanzar hacia la reconciliación nacional y hacía la paz con la participación y los esfuerzos de todos los ciudadanos, sin perder de vista que es un camino arduo que requiere valentía y perseverancia”. Nos invita a buscar el camino del diálogo social para afrontar la compleja situación que vivimos, como decía el Papa Francisco: “Es necesario tratar de identificar bien los problemas que atraviesa una sociedad para aceptar que existen diferentes maneras de mirar las dificultades y de resolverlas. El camino hacia una mejor convivencia implica siempre reconocer la posibilidad de que el otro aporte una perspectiva legítima”. Por tanto, pedimos a los diferentes grupos, que valoren la importancia del diálogo dentro de la tolerancia y el respeto de derechos humanos.
Por último, ante la grave situación en el país, los Obispos de Colombia nos convocaron “a las comunidades católicas a una jornada de oración en las parroquias a partir del 7 de mayo. Me permito terminar este mensaje con las palabras del comunicado de los Obispos de Colombia: “La Paz es un don de Dios y una tarea nuestra. Pidamos, por tanto, la reconciliación del pueblo colombiano y la gracia de afianzarnos en la justicia, en la libertad y en la solidaridad fraterna”. El comunicado trae la firma del padre Isidro de Jesús Castro Duque, Administrador Diocesano de Santa Marta.