El turismo, afectado por la pandemia
El turismo mundial se derrumbó en 2020, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. En la parte más complicada del año, a la altura del mes de abril, cuando se adoptaron las restricciones a la movilidad y el confinamiento en el mundo, la actividad prácticamente se detuvo. Un año después está igual o peor.
La flota mundial de navíos de crucero se quedó en los puertos, las aeronaves en tierra y los aeropuertos, sin vuelos, estuvieron a punto de quebrar. La industria entera del turismo sufrió, como fue el caso de las agencias de viaje y un gran número de actividades que dependen de los turistas, como los restaurantes, hoteles y hostales.
A medida que las restricciones de viajes y cuarentenas cedieron, y se reactivaron los medios de transporte, comenzó la recuperación. Hacia el final del año, la llegada de una nueva ola de la pandemia golpeó otra vez la actividad. Así las cosas, en el año completo 2020 las cifras del turismo mundial muestran un sector en quiebra. Eso sucede después de veinte años de crecimiento continuo, periodo en el cual el número de turistas transportados en el mundo se multiplicó por tres hasta sobrepasar la cifra de los mil millones y medio en 2019. En ese año el turismo representó el 10,4 % del PIB mundial y cerca del 15 % de los empleos.
Ese sector en pleno crecimiento se detuvo en unas pocas semanas y le está costando levantar cabeza desde entonces. Por sus características, es una actividad que sufre de frente el embate de las oleadas sucesivas de la pandemia. Como consecuencia, en 2020 la participación del PIB sectorial en el total se redujo al 5 % y los empleos cayeron 61,2 %.
Hay países muy afectados, como Colombia, en los cuales el turismo es una porción importante de los ingresos y genera miles y miles de trabajo y la cadena productiva a su alrededor es el motor de las economías locales. Muchos países en Europa, como Francia, por ejemplo, que fue el primer destino turístico en 2019, con 90 millones de visitantes. El sector generaba en ese país 2 millones de empleos y pesaba el 7 % del PIB. En el caso de España la participación sectorial es del 14 % y en Grecia del 18 %.
Otro tanto sucedió en Latinoamérica y el Caribe, con economías menos diversificadas y con países que hasta la pandemia eran un destino preferido del turismo internacional. El sector turismo es muy importante para México (16 % del PIB según la Cepal, 13 % del empleo), mientras que en Suramérica se destaca Uruguay (16 % en los dos casos), Chile (10 % y 12 %). Argentina, Brasil y Perú, oscilan entre una participación de 8 a 9 % en el PIB y de 8 a 10 % en el empleo.
En Colombia, el ecoturismo estaba despuntando. Aunque en términos relativos el sector estaba por debajo de otros países de la región (4 % del PIB, 5 % del empleo), se estaba convirtiendo en un turismo apetecido por lo novedoso, la diversidad de las regiones y la belleza de los paisajes naturales. El PIB se redujo a una participación de 2,8 %.
Volver a las buenas cifras sectoriales depende del control de la pandemia. Para restablecer el turismo, viene seguramente una época de certificados de salud digitales obligatorios y de estrictos protocolos de salud e higiene. Una molesta nueva normalidad que debería permitir recuperar parte de los estragos.