Diario del Cesar
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Vecinos encierran su barrio por azote de la delincuencia en Valledupar 

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POR: NINOSKA REYES URDANETA 

Estar rodeados de más de tres invasiones, botaderos de basura y con unas calles de acceso que ponen el riesgo a sus habitantes, por lo difícil que es llegar a sus viviendas, les quita la tranquilidad a los habitantes de la urbanización Miraflores Club House, ubicada en la comuna 4 de Valledupar, quienes por cuenta propia decidieron encerrar su barrio e instalar vigilancia comunitaria para garantizar su bienestar.

Aunque tiene nombre de una gran urbanización, la realidad es otra, sus habitantes viven en zozobra, pues la delincuencia los mantiene como blanco de ataques y han tenido que asumir decisiones, por la integridad de unas 72 familias que habitan en el lugar y al cual no se puede acceder pasadas las 6:00 de la tarde por el riesgo de ser atracados.

La urbanización está rodeada por barrios subnormales de La Victoria, Villa Taxi, Las Mercedes, entre otros; y en cuyos lugares se presentan con regularidad hechos delictivos y hasta enfrentamientos con la policía, manifestó Wilfrido Hernández Estrada, habitante del barrio.

Dijo que las viviendas fueron construidas por Orbe Construcciones, la cual ofreció en el plano una avenida principal, por donde además transitarían los residentes del conjunto cerrado Fortaleza, ubicado en las adyacencias al Miraflores, y por donde ahora pretenden circular, manteniendo las viviendas a merced del hampa al quitar el cercado.

 “Nosotros lo que hicimos fue cerrar con una malla la calle principal y accesos laterales, además de pagar una vigilancia comunitaria e instalar una garita donde descansan los celadores, sin impedir el paso de las personas, solo queremos es el control y la seguridad”, dijo.

Sin embargo, la oficina de Espacio Público de la Alcaldía de Valledupar, ha llegado al lugar a derribar el encerramiento al afirmar que es una vía pública, acción “que no permitiremos porque está en juego la integridad de los residente”.

Otro de los vecinos, Jaime Luis Rincón, se unió a la voz de protesta al asegurar que el encerramiento es necesario, ya que están rodeados de invasiones donde hay focos de delincuencia, vicios y cualquier conducta inusual que perjudica a los residentes del barrio. “Pedimos a la policía el aumento del pie de fuerza, intensificar la vigilancia tanto en el barrio, como en las vías de acceso”.

Verónica Montero, quien tiene un año y dos meses viviendo en Miraflores, manifestó su inconformidad con la constructora, ya que ofreció una cosa y entregó otra. Solo el 50% de las casas han sido entregadas a los propietarios, no hay suficiente alumbrado público, las áreas comunes no están terminadas y los niños deben jugar en las calles por falta de espacios de recreación.

 “No tenemos tranquilidad por estar pendiente de la incursión de los delincuentes. Hemos pasado varios derechos de petición y la contratista no responde, en el municipio no hay quien vigile las obras habitacionales que se construyen”, afirmó.

Reiteraron los vecinos, que se mantendrán firmes en las medidas de seguridad asumidas, y las veces que Espacio Público pretenda derribar las mallas, las volverán a instalar.