Ejército conmemoró 20 años del asesinato de 9 militares en Llerasca, Codazzi
Hace 20 años, 50 soldados pertenecientes al Batallón de Contraguerrillas N.° 40 Héroes del Santuario, fueron atacados de manera indiscriminada en una emboscada con explosivos por alrededor de 400 guerrilleros de los frentes 19, 41 y 59 de las extintas Farc, quienes en su accionar asesinaron a 9 militares cuando trataban de proteger la vida de los pobladores de esta región del país. En el hecho, otros 18 soldados y un civil resultaron heridos.
Ayer, el Ejército Nacional “honró la memoria y el sacrificio de estos héroes de la patria, los cuales ofrendaron sus vidas para evitar que las extintas Farc, se tomaran simultáneamente los municipios de Becerril, Agustín Codazzi, pero además dinamitaran los puentes que comunican a Valledupar con el interior del país y así evitar la reacción de la fuerza pública”.
El ataque, que inició a eso de las 2:00 de la tarde con el lanzamiento de cuatro cilindros bomba, de los que explotaron dos, se prolongó hasta horas de la noche, luego que los 21 soldados sobrevivientes retomaran el control de la zona y evitaran que se perdieran vidas de la población civil que se encontraba en los municipios objetivo de los insurgentes.
“El sacrificio, arrojo, lucha, entrega y valentía de estos héroes de la patria y sus familias, perdurará en la memoria de cada soldado que integra al Ejército Nacional y del pueblo colombiano”, señaló el Ejército a través de un comunicado.
ASÍ FUE EL ATAQUE
A través de una página web denominada ‘Heridas de Guerra’ dos soldados, Libardo Melo y Guillermo Enrique López Vázquez, contaron cómo fueron asesinados nueve de sus compañeros en el cruel ataque. Los sobrevivientes se salvaron de morir destruidos en un campo minado que tenía sembrados 15 cilindros bomba.
Los sobrevivientes narraron cómo murieron sus compañeros; uno de ellos degollado. Los militares, fueron sorprendidos por cilindros bomba, tatucos y ráfagas de fusil.
“Estábamos en la base de Codazzi, Cesar, recibimos la información y de una vez salimos a la 1:00 de la tarde; al sitio llegamos faltando un poquito para las dos de la tarde. Era un lugar de alto peligro porque por ahí permanecía la guerrilla. Paramos en el pueblo para preguntar qué de raro había, se nos acercó un niño, le preguntamos si había visto; él miró a la mamá y ella le hizo como un gesto raro. Yo le dije al capitán: mi capitán, esto por acá es peligroso. En ese momento él me responde: ‘no soldado, cumplamos la misión porque para eso fue que nos mandaron’”, recuerda el soldado Libardo Melo.
El militar en retiro recuerda que para hacer ese movimiento se hacía necesario realizarlo en tres vehículos, en los cuales iban aproximadamente 42 soldados, 8 oficiales y suboficiales; él, era el conductor del segundo automotor, pero a pesar de su amplia experiencia en combates y transportando a sus compañeros, sentía temor porque se encontraba en una zona hostil.
“Una vez pasa el caso con el niño, de ahí en adelante iba nervioso. Habíamos recorrido como tres kilómetros cuando la guerrilla nos deja entrar a la emboscada. Yo quedé en la mitad y el carro que iba adelante a penas salía. El soldado López Vázquez, que era el conductor del primer vehículo, ve que vienen bajando dos guerrilleros, él se tira y se formó la balacera. En los carros no quedó nadie; gracias a Dios alcanzamos a reaccionar”, cuenta.
Ese momento antes de ser atacados, también quedó en la memoria del soldado Guillermo Enrique López Vázquez, quien afirma que, todo inició a eso de las 2:00 de la tarde y se encontraban con dirección “hacia la Serranía del Perijá. Ellos se iban a tomar las poblaciones de Codazzi y Becerril, y para impedir el desplazamiento de la tropa iban a volar unos puentes para bloquear la vía y así atacar a la población. Yo iba manejando el primer vehículo y me di cuenta de dos guerrilleros que iban halando unos cables; estaban terminando de instalar un campo minado en que había 15 cilindros bomba. Me bajé del vehículo, le informé a mis compañeros y ellos reaccionaron. Ahí comenzó el combate. Gracias a Dios no alcancé a entrar al campo minado”.
Los soldados, aseguran que, al pasar los minutos del duro ataque, comenzaron a tirarles cilindros bomba y tatucos. Así mismo comenzaron a ver cómo iban teniendo los primeros muertos y heridos de los dos pelotones. “En medio del combate ellos nos tiraron cuatro cilindros, de los cuales explotaron dos y uno cayó en el carro que yo manejaba. En ese momento estaba como a diez metros de él y la onda explosiva me levantó unos 15 o 20 metros. Fue un combate muy duro, duramos como 8 horas”, dice López.
En el ataque perdieron la vida los soldados Jairo Misat Camargo (degollado por los guerrilleros), Jorge Alberto Quintero Picón, Darío Peñaranda Bohórquez, José Pérez Navarro, Dagoberto Ayala, Eduardo Enrique Rodríguez, Luis Poello Zambrano y Omar Carreño Botello.