Diario del Cesar
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Jorge Oñate descansará en  su natal, La Paz 

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En Colombia no se habla de otro tema sino de la muerte del maestro Jorge Oñate. Millones de seguidores del artista han hecho uso de sus redes sociales para manifestar su tristeza por la pérdida de uno de los juglares del vallenato y han encontrado en sus canciones la mejor terapia para pasar este amargo rato.

El fallecimiento de Oñate se produjo en Medellín, a donde fue llevado el pasado martes para seguir siendo atendido, pero ahora su cuerpo regresará a la tierra que lo vio nacer y crecer, y de la que siempre se mostró orgulloso: el municipio, La Paz, en el Cesar.

En horas de la tarde ayer en un avión privado viajaron los restos del ‘Jilguero de América’ hasta Valledupar y de allí será llevado en horas de la noche a su pueblo natal.

La decisión de su esposa e hijos es que el cuerpo de Oñate permanezca en cámara ardiente en la Plazoleta, que lleva su mismo nombre, hasta la hora de su sepelio, que hasta el momento es desconocida.

Desde ya miles de fanáticos del cantante se preparan para darle el último adiós a su ídolo, en Valledupar y asimismo en La Paz.

EXPRESIONES DE DOLOR 

El expresidente Álvaro Uribe Vélez dijo en su cuenta de Twitter que “se suman los dolores del alma con el fallecimiento del noble amigo Maestro Jorge Oñate”.

La cantante Ana del Castillo compartió un emotivo video acompañado del mensaje “muchas gracias maestro. Estoy sin palabras”.

El embajador de la dinastía Zuleta, Poncho Zuleta, publicó en su cuenta de Instagram una foto abrazando a Oñate con el mensaje “se fue mi compadre”.

El artista de 71 años falleció la madrugada del domingo 28 de febrero a causa de una insuficiencia respiratoria y otras alteraciones provocadas por el Covid-19.

Dentro de su inmensa herencia artística están más de medio siglo de actividad, múltiples grabaciones discográficos y la defensa genuina del folclor.

Jorge Oñate toda la vida escuchó las creaciones de Luis Enrique Martínez, Alejo Durán, Juancho Polo, Calixto Ochoa y Lisandro Mesa, pero en un comienzo en su garganta tenían mejor eco las canciones de Joselito de España y las baladas de Óscar Golden. Sin embargo, en un momento tomó el riesgo de aproximarse al folclor y ahí todo cambió para él y para la música vallenata.

En el primer Festival de la Leyenda Vallenata, en 1968, cantó en una parranda y ahí estaban Santander Díaz y Gabriel Muñoz. Ellos le preguntaron que si era cachaco, que si había nacido en Bogotá, a lo que Oñate respondió oportuno que su padre era del interior, así que lo invitaron de una vez consignar su voz en un estudio de grabación en la capital colombiana.

El resultado de esta grabación, la primera en su historia, modificó el rumbo del folclor porque a partir de ahí se identificó al primer cantante de la música vallenata. En ese entonces, y según las palabras del propio Jorge Oñate, Poncho Zuleta era guacharaquero y corista de su agrupación, mientras que Diomedes Díaz era el utilero del conjunto.