Diario del Cesar
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“Dios tiene un propósito para mi vida”: Julián Rojas

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POR NINOSKA REYES URDANETA 

El acordeonero llegó a Valledupar luego de su rehabilitación en la ciudad de Bucaramanga. 

Desde el sábado, el acordeonero Julián Rojas llegó a Valledupar luego de cumplir con un tratamiento de rehabilitación durante tres meses en la ciudad de Bucaramanga. Animado y fortalecido llegó a su tierra vallenata, desde donde asegura que Dios le ha dado una nueva oportunidad.

“Gracias por creer en mí, por creer que las personas y los seres humanos siempre tienen una nueva oportunidad, la vida es bella, entiendo que Dios tiene un propósito para mi vida”, afirmó Rojas llevando su acordeón en el pecho, como la mejor medicina en la que ahora confiará para este nuevo renacer, que tanto ha esperado el mundo vallenato y la comunidad en general.

Agradeció a Dios por haber tenido piedad y misericordia de su vida. También por el apoyo recibido de parte del gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, de la primera Dama Cielo Gneco, Silvestre Dangond, Oscar Pinzón, Carlos Bloom, César Ahumada de Sayco, a Música sin Fronteras junto a Ricardo Gutiérrez, y a su familia  por estar cerca en todo momento.

“No hay palabras, día a día, paso a paso, mi cronograma semanal, he estado en consciencia, equilibrio, inteligencia emocional y mucha sabiduría para reconocer la diferencia”.

Su rehabilitación se inició en el mes de octubre del año pasado, luego de un video publicado a través de las redes sociales, en el que se observaba al acordeonero bajo efectos de sustancias alucinógenas, episodio que causó conmoción entre los amantes del folclor y se emprendió una campaña, de la mano con su familia, para rescatar a esta baluarte del vallenato que por años ha estado sumido en el mundo de las drogas.

Es así como Rojas fue trasladado a ‘La Ciudad Bonita’, para iniciar un nuevo tratamiento y alejarse del flagelo de las drogas.

EMPIEZA SU VERDADERA SANACIÓN 

Tatiana Percy, esposa del acordeonero, a través de su cuenta Instagram emitió su mensaje de agradecimiento como lo esencial en la vida de todo ser humano. “En primer lugar la gloria y la honra sean para nuestro señor Jesucristo, quien permitió que Julián reconociera y aceptara que debía modificar su comportamiento equivocado, el cual pudo causarle la muerte o dejarlo en un estado deprimente. Ahora es cuando inicia su verdadero tratamiento de sanación física, mental y espiritual, la reeducación, adaptación y adoptar definitivamente una disciplina, viviendo él solo por hoy en total sobriedad”.

Sobre esta nueva etapa de su vida, el locutor Álvaro Álvarez, quien ha acompañado a Rojas en este duro proceso, manifestó sentirse satisfecho por los logros alcanzados por el acordeonero. Se ve alegre, fortalecido y confiado en que Dios lo seguirá llenando de valor para triunfar junto a su familia.

 Julián concursó por primera vez en el Festival Vallenato en 1988, sorprendiendo a todos y ubicarse en el tercer puesto, pero el 1991 se coronó Rey, derrotando a Juancho Rois y Gabriel Julio. En su triunfo le acompañaron en la caja, Luis Carlos Valera, y en la guacharaca, Donaldo Martínez; su capacidad para digitar el acordeón hacen recordar los momentos estelares de Alfredo Gutiérrez, catalogándolo como uno de los Reyes con mayor carisma.