La biblioteca que promueve la oralidad y saberes de la comunidad kankuama
POR
NINOSKA
REYES URDANETA
El silencio del “corazón del mundo”, la Sierra Nevada de Santa Marta, se convierte en el espacio ideal para el conocimiento, los saberes ancestrales y la diversidad cultural, escenario que permitió la consolidación de la biblioteca pública Kankuaka, ubicada en el resguardo kankuamo del corregimiento de Atanquez, municipio de Valledupar, lugar que se ha convertido en el refugio de niños indígenas que hoy defienden la oralidad desde este centro de enseñanzas.
Ordenados estantes repletos de libros, varias mesas y un ambiente en el que sin palabras se refleja la cultura indígena como premisa para el saber ancestral, es lo que refleja la particular biblioteca, que lejos de cuatro paredes, es un tesoro de conocimiento y formador de valores para la comunidad, cuyo nacimiento se logró a finales del 2013 con la donación de libros por parte de la Biblioteca Nacional de Colombia.
No existen textos de historia ni de costumbres occidentales, tampoco de literatura clásica de autores europeos o norteamericanos, pues no es el fuerte para quienes buscan conocer a fondo la cultura propia de la zona. Los niños entre juegos, actividades didácticas, pero sobre todo con el hábito de la lectura, se sumergen cada día en este mundo, que ahora también se une a la virtualidad, pues la pandemia así los ha obligado y a pesar del confinamiento, ha permitido ‘unirse’ para seguir viviendo su experiencia en medio de las dificultades de conectividad.
Paloma Isabel Torres Rodríguez, de 15 años, asidua visitante del lugar, comentó que desde los 9 años visita la biblioteca, afirmando que es paraíso del saber. En una de sus paredes, se observan los números del 1 al 5 con sus equivalentes en la lengua tradicional kankuama, principal motivo de estudios de todos los que visitan la biblioteca.
El espacio está dividido entre la zona de libros y un punto Vive Digital, que puede albergar más de cien niños en una sola jornada, durante dos tandas, pero a causa del Covid-19, la biblioteca se trasladó a casa de los infantes, se realizan actividades virtuales y un reducido grupo acude a las instalaciones bajo estrictas normas de bioseguridad.
Así como Paloma Isabel, sus compañeros visitan la biblioteca para consultar libros, jugar y también pintar montañas y colorear paisajes verdes con árboles frondosos como los que los rodean, el sistema montañoso más grande del planeta que alberga distintos modos de vida y étnias.
También han aprendido a utilizar Internet y una tradicional tinaja de barro les conserva agua pura para saciar la sed, durante su estadía en este espacio donde conviven la escritura y la oralidad. “En estos momentos cuando la virtualidad se han convertido en un poder, se requiere que las autoridades gubernamentales creen espacios tecnológicos en el resguardo kankuamo, pero a la vez ayuden a tenerlo a la mano, ya que en la zona hay muchas personas vulnerables que no cuentan con recursos para acceder. Es mi sueño”, dijo.
MÁS DE 3.200 LIBROS
Desde hace siete años, Souldes Maestre Montero, lidera esta iniciativa bajo la guía de sus autoridades del resguardo kankuamo. Su misión es muy clara y su meta es lograr formar hombres y mujeres con capacidad intelectual para enfrentar la vida, pero además de afianzar las raíces indígenas y hacerla visible en el resto del país.
Comentó que hoy día la biblioteca Kankuaka, cuenta con 3.200 libros, con los cuales también se están apoyando otros centros literarios que nacieron en el resguardo. Los textos son donados y gestionados ante otras instituciones que siempre han dado un espaldarazo a esta linda misión.
“El lugar, también se ha convertido en un espacio de intercambio generacional donde los niños y jóvenes aprenden de los mayores, porque si no mantenemos esos conocimientos nos vamos a extinguir como pueblo”, afirmó Maestre.
No es una biblioteca tradicional, su objetivo es transmitir su propia oralidad, los saberes que por mucho tiempo han sido la principal forma de resistencia de los pueblos, su arma contra el olvido.
Son muchos los conocimientos que allí se imparten, cada niño tiene en su casa una huerta. Las familias kankuamas reciben alimentos que vienen “de afuera” como lo son el aceite que no se producen en su entorno. El compromiso de estos pequeños con su territorio, es sembrar mientras “cuentan su historia”, la cual es reproducida en el resguardo, permitiendo multiplicar los conocimientos y ganar seres humanos listos para enfrentar las adversidades de la vida, explicó Souldes Maestre.
LA PANDEMIA NO LOS DETUVO
El trabajo de la biblioteca no se detuvo en pandemia, comentó el bibliotecario, quien aseguró que si bien es cierto la conectividad no es 100% efectiva en el resguardo, el ingenio se ha hecho presenta. Se crearon grupos de whatsapp y entre todos se han cooperado para la utilización de equipos tecnológicos, ya que en la zona las familias son de escasos recursos económicos y se dificulta el acceso a las tecnologías.
Algunos de los niños que pueden acceder a la tecnología envían sus progresos por correo electrónico o por el teléfono móvil a través de mensajes de texto, audios y notas de voz de whatsapp. Los niños que no cuentan con estos recursos reciben la biblioteca en su casa, con todas las medidas de bioseguridad, cuyo elementos (tapabocas, termómetro y gel antibacterial), fueron donados por el Cabildo kankuamo.
Aseguró Maestre, que a través de la oralidad, han logrado fortalecer la apropiación cultural. “Esa la fuerza que nos ha ayudado a resistir desde la invasión de los españoles hasta el conflicto armado. Lo colectivo nos permite resistir”.
RECONOCIDA DENTRO Y FUERA DEL PAÍS
Hace cinco años, esta pequeña biblioteca obtuvo el reconocimiento Daniel Samper Ortega del Premio Nacional de Bibliotecas, en la categoría bibliotecas pequeñas y en el 2020 ha sido reconocida por la Biblioteca Nacional de Perú.
“La Biblioteca Nacional de Perú vio todo este trabajo que hemos hecho y nos invitó a un conversatorio y finalmente vamos a estar en el marco del Hay Festival, en el cual se reúnen la literatura, la pintura, el arte, la cultura”, afirmó.
El conversatorio virtual denominado “Tan lejos, tan cerca: bibliotecas en pandemia” se realizará en el marco del Hay Festival de Arequipa (Perú), el lunes 2 de noviembre de 2020, en el cual se tratará sobre cómo las bibliotecas comunitarias han adaptado sus labores para seguir en contacto con la comunidad en el contexto de la pandemia.
También participará la Biblioteca+Mediateca, Manuel Belgrano de Argentina, además de Ezio Neyra, jefe Institucional de la Biblioteca Nacional del Perú y Álex Alejandro, director de Desarrollo de Políticas Bibliotecarias.
En la actualidad, kankuaka pretende demostrar que la biblioteca no es un espacio físico, ella llega a las comunidades promoviendo la oralidad y superando las barreras de la pandemia por el Covid-19.