Hace 10 años la mató su mejor amiga y la escondió debajo de la cama
POR CRISTIAN BOHÓRQUEZ
Diez años de impunidad y mucho dolor. En el 2010 ocurrió uno de los crímenes más impactantes en el departamento del Cesar, a 21 kilómetros de Valledupar, una zona con un buen clima y de gente agradable, exactamente es el corregimiento de Media Luna, zona rural de San Diego.
Para el día 29 de octubre de mencionado año, fue asesinada Lourdes de Jesús Pedroza, madre comunitaria, quien con esfuerzo crió a sus cuatro hijos y se fue convirtiendo en una de las mujeres más queridas en el pueblo, por su don de servicio; quienes la recuerdan aseguran que quizás era la mujer en la que más confiaban, tanto así ella al tiempo fue la recaudadora de dinero de la empresa Electricaribe desde junio de 2009. A fin de mes, recolectaba el saldo del recibo de la luz y lo llevaba al municipio de San Diego; todos los moradores sabían que debían cancelar la deuda.
Cuentan que Pedroza para el de los hechos preparó café, salió desde su vivienda a recoger dinero de los recibos que le hacían falta, a eso de las 7:30 a.m. llevaba un sobre de manila con cinco millones de pesos que tenía que entregarlo a las 8 a.m., pero se fue para donde una de sus amigas, a partir de ese momento nada se supo de ella, todo era tan raro para la comunidad y se inició con la búsqueda.
Entonces allegados decidieron llamar a la empresa Electricaribe para constatar que efectivamente Lourdes hizo la entrega del dinero y lo que les dijeron era que ella no había llegado a hacer lo respectivo.
A las pocas horas mensaje de texto llegó al hijo de la madre comunitaria en el que supuestamente ella decía que estaba bien y que se había ido con el dinero; este mismo fue mostrado a las autoridades las cuales comenzaron a realizar la investigación.
Lourdes nunca llamaba desde el celular, solo enviaba mensajes de texto. Sin embargo, sus allegados llamaron al número del celular que hasta el momento era desconocido, este comenzaba a timbrar, pero no contestaba.
Minutos después, una sobrina de la madre comunitaria marcó al número y apareció identificado de propiedad de una compañera de ella, familiar de Ana María Rodríguez, una amiga cercana a Lourdes.
Era el viernes 29 de octubre, Lourdes se trasladó hacia donde Ana María quien le debía $600.000 del dinero del recaudo de los recibos de la luz, y allí tomó una bebida extraña; aprovechando esto Ana María asfixió con una almohada a quien fuera ‘su amiga’, y para evitar ser descubierta escondió el cadáver debajo de la cama, en la que permaneció durante días.
El esposo de la asesina llegaba a su casa y descansaba sin sospechar que debajo de una de las camas se encontraba muerta Lourdes.
Al transcurrir el tiempo las amigas llegaron a la casa de Ana María preguntándole por la víctima, pero ella siempre se negaba, por lo que las autoridades llegaron a inspeccionar el lugar y no la hallaron.
Rodríguez fue sagaz, pero al mismo tiempo temía a que la descubrieran con el cadáver debajo de la cama; ni la comunidad ni su esposo le daban chance para poder sacarlo del cuarto y sabía que estaba a punto de esparcirse un olor fétido por toda la vivienda.
Ana María les dijo a los familiares de Lourdes que ella había llegado tan solo 15 minutos a su casa y que departió el día anterior en una fiesta en Valledupar. La asesina sabía no podía esconder más su secreto. Le dijo al inspector del pueblo que sabía en dónde estaba ‘su amiga’ indicándole que estaba muerta.
“Ella, Ana María, había dicho que Lourdes había llegado a la casa de una amiga llamada Lamia Gámez en horas de la mañana y había estado visitándola, que quería comprar una ropa. Ana María dice que le presta el baño a Lourdes que presentó dolores estomacales. Dijo además que con Lamía habían escondido en la cama a la víctima”, contó la Fiscalía en su momento.
Con el testimonio de Rodríguez, ella y su amiga Lamia fueron capturadas por la muerte de la recaudadora; sin embargo, el secreto seguía guardado.
“Se logró comprobar que una sobrina de Ana María le había prestado su celular, y desde entonces mandaba mensajes de texto al teléfono de la hoy occisa, haciendo creer que había ido con el dinero”, expresó el acusador.
Lo que se pudo comprobar fue el día de los hechos, Lourdes fue a buscar parte del dinero que había prestado a Ana María para poder cancelar los recibos de la luz.
Lamia Gámez quien había estado implicada en el hecho, fue absuelta por un juez al no encontrar pruebas en su contra, ella dijo una y otra vez que era inocente que además, la occisa era su amiga, que no era capaz de quitarle la vida.
En el calendario se registraba enero del año 2012 mes en el que Ana María estaba a punto de dar a luz y solicitó detención domiciliaria, la cual se le concedió y fue llevada a zona rural del corregimiento de Media Luna, situación que aprovechó para dar fugarse.
Mientras tanto, un juez de Valledupar la condenó a 38 años de prisión por el delito de homicidio agravado y hurto calificado y agravado, pena que no ha cumplido ya que está prófuga de la justicia, sin decir nada y sin rastro de ella.
Aunque han pasado 10 años del crimen, la comunidad del corregimiento de Media Luna solo espera que la Fiscalía sea contundente y de con la aprehensión de Ana María Rodríguez.
“YO SOLO QUIERO SABER LA VERDAD”
Mayoli Calderón, hija de Lourdes Pedroza, dijo que recuerda a su madre y que además desea que por este crimen se haga justicia, que la implicada pueda responder y decir la verdad.
“Quiero saber cuáles fueron los motivos de la muerte de mi mamá, quiero que Ana María aparezca y diga realmente lo que sucedió. Solo quiero que se haga justicia. Yo perdono a quien cometió el hecho”, explicó Calderón.
El mayor deseo de Mayoli es que pronto se haga justicia. “Solo deseo sabe qué fue lo que pasó, el porqué, que se cuente todo”.