Diario del Cesar
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Domiciliarios: servicio vital

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POR CRISTIAN BOHÓRQUEZ

Los mensajeros son parte fundamental para el traslado de alimentos y demás artículos a las viviendas en Valledupar en las que se abastecen miles de personas a diario. Son ellos los que trabajan de sol a sol para cumplir con el cliente, así se expongan al coronavirus.

Raúl Enrique Peña Herrera, tiene 30 años, lleva tan solo mes y medio en la mensajería, antes de la pandemia se desempeñaba como mototaxista y en busca de una mejor forma de ganar dinero llegó a ser mensajero. Actualmente reside en la urbanización Rafael Escalona, allí pasa el mayor tiempo con su esposa, con su hijo y uno que viene en camino el cual será su segunda bendición.

“Nosotros en la mensajería tenemos unos horarios establecidos, unos trabajan por días y por horas, así prevenimos el coronavirus y aportamos a nuestras casas. Cada vez que llego a mi vivienda es una alegría, y ahora más que estoy esperando a mi hijo que viene en camino, la felicidad más grande son los hijos”, dijo Peña Herrera.

Él es consciente de que el país se encuentra en crisis, que cada vez que pasan los días la situación se empeora, pero busca alternativas para afrontarla.

En la mensajería MY donde labora, ha sido muy disciplinado con su servicio, entre sus pertenencias lleva alcohol y tapaboca no solo para él sino para sus clientes. A la hora de la entrega de los artículos lo primero que hace es desinfectarse y a una distancia de dos metros entrega el encargo para evitar la propagación el COVID-19.

 “Aquí cada trabajador se echa alcohol, nos cuidamos y al cliente. Entregamos el producto con mucho cuidado. Hay que decir que hay mucha mensajería en Valledupar, pero un promedio de lo que uno se gana es de 50.000 a 60.000 pesos. Se trabaja hasta las 10 p.m. con todas las precauciones y agradecidos estamos por el gesto que ha tenido para con nosotros la comunidad vallenata”, explicó Raúl Peña.

Una de las cosas que le preocupa es el tema de la inseguridad. Dice que son muchos los domiciliarios que han sido víctima de hurto en los sectores de La Nevada, El Amparo y demás.  “Uno tiene que andar con cuidado, para llegar a tiempo a donde el cliente. Y pues también pensar en la familia para evitar el contagio”, añadió Raúl Enrique Peña Herrera.

Muchos clientes reconocen con más dinero la labor que hacen los domiciliarios en medio de la pandemia, porque todo parece indicar que los porcentajes de ganancia que se reparten entre las plataformas y los domiciliarios han permanecido igual, a pesar de que actualmente están más expuestos en las calles.

Los efectos de la pandemia para los domiciliarios que están muchas horas del día en las calles también les llegan a hasta sus casas. Muchos, como en el caso de los domiciliarios venezolanos, comparten habitaciones con otros pares, pero la regla general que se recoge de los testimonios en las calles es que, una vez entran a las casas, la ducha y la lavada inmediata de la ropa son obligatorias.

La cuarentena apenas comienza y es claro que el papel de los domiciliarios y otros oficios será fundamental como el último eslabón en una larga cadena de producción para garantizar la seguridad alimentaria en los días de aislamiento.

“El brote del nuevo coronavirus ha replanteado la forma en que nos relacionamos con las personas más cercanas y, por defecto, con quienes no conocemos. Eso ha conllevado a que la entrega de pedidos que llevan los domiciliarios sea lo más impersonal posible. Después de recorrer entre 30 o 40 cuadras, porque hay pedidos que salen bastante lejos del lugar de origine”, acotó Peña Herrera.

Hay que recordar las recomendaciones, tanto para los domiciliarios como para los locales con los que trabajan, hay que verificar que los pedidos salgan de los restaurantes o supermercados bien cerrados, que se adopten medidas de higiene en los locales y que se minimice el contacto personal al momento de la entrega.