Desafiando el fuego y las adversidades
POR:
NINOSKA
REYES URDANETA
El llamado de alerta suena, las sirenas toman el máximo resonar para avisar que una nueva emergencia se está prestando en la ciudad. Es la una de la tarde, hora en que las llamadas empiezan a escucharse en la Base de Bomberos Voluntarios de Valledupar, mientras alrededor de diez hombres se preparan para salir a hacerle frente a las llamas.
Entre ellos está el sargento Tomás Charrys, de la línea operativa del Cuerpo de Bomberos de Valledupar, quien por 22 años se ha dedicado a hacerle honor al uniforme azul y responder al llamado de la comunidad a pesar de las adversidades.
Indicó que el bombero es la persona que se dedica a extinguir incendios y rescatar personas, además de atender otros tipos de siniestros, así como intervenir en la prevención de estos eventuales sucesos. Hoy día en Valledupar se está trabajando por vocación, tomando en cuenta que es un servicio esencial para la comunidad.
CADA SEGUNDO VALE
“Dominar o morir… es un honor que cuesta”, es el lema antes de emprender el camino del rescate. Charrys comentó que un minuto 15 segundos son suficientes para tomar chaqueta, casco y botas como parte del atuendo de emergencia, a lo que se le suman otras fracciones de segundos para subir al camión de bomberos, que los llevará a enfrentar el fuego.
Así emprenden el camino, mientras a su paso van sorprendiendo a cada vallenato que transita por las calles, pues el ruido de las sirenas y la velocidad con que transitan indican que una emergencia están por atender.
La temporada de verano ha golpeado en gran magnitud el departamento del Cesar, y su capital Valledupar no ha sido la excepción. Hasta la fecha, cerca de 100 quemas controladas e incendios forestales han sido atendidos en el municipio, desde el inicio del 2020.
Es así como el sargento Ariel Romero, comandante de la Brigada de Incendios Forestales de los Bomberos de Valledupar, recuerda el día en el que las llamas consumieron unas 100 hectáreas en el corregimiento de Aguas Blancas, ubicado en la zona suroccidental de Valledupar. “Fueron ocho horas de calor, humo y sed. El esfuerzo humano era incalculable, pero la naturaleza era más feroz, pues los fuertes vientos parecían que invitaban las llamas a seguir el camino hasta consumir la mayor extensión posible”.
Narró que era tanto el calor y el desespero, que de la misma agua con la que apaciguaban la conflagración, debían tomar porque perder un segundo era fatal en el evento.
Así transcurrió parte del día, y los diez hombres seguían desafiando las llamas recibiendo el apoyo de soldados del Ejército, Defensa Civil y Cruz Roja, pues el agotamiento humano empezaba a aparecer y el riesgo era mayor.
Romero afirma que su segundo hogar es la comandancia, la alarma que avisa una emergencia es su principal motivación al trabajo, que al conjugarse hacen la mezcla perfecta que se traducen en una sola palabra: vocación.
Para ser bombero se necesita algo más que estudiar una columna de libros y aprender ciertos conocimientos técnicos; hay que tener el corazón de un león y la valentía de un guerrero.
A PESAR DE LAS ADVERSIDADES
El sargento Romero indicó que durante las primeras semanas del año cada uno de “nuestros hombres ha demostrado que la vocación de un bombero está por encima de cualquier adversidad, las limitaciones que enfrenta el Cuerpo de Bomberos de Valledupar no han sido impedimento para atender el llamado de las comunidades”.
Explicó que la crisis interna que enfrenta la institución no ha sido impedimento para atender el llamado de los vallenatos. Los hombres van de cara al fuego, aún sin contar con seguridad social, salario y mucho menos las condiciones de logística para llegar al lugar de los hechos. Hasta el combustible está siendo donado por algunos ciudadanos y los camiones se apagarán cuando ya no haya más carburante.
Desde el 1° de enero de este año, el Cuerpo de Bomberos de Valledupar está sin comandante, una disputa entre los miembros del Consejo de Oficiales ha impedido seguir el proceso de selección que es supervisado por el Gobierno Departamental, el cual dio un ultimátum para que se lleve a cabo el nombramiento, de lo contrario, podrían quedar sin personería jurídica.
El Gobierno Municipal también advirtió sobre posibles acciones legales y los bomberos de la línea de fuego demandarán al Consejo de Oficiales para que den una respuesta inmediata.
EN ALERTA ROJA
El departamento del Cesar está en alerta roja por los incendios forestales. Hasta la fecha un estimado de 800 hectáreas han sido víctimas de las conflagraciones, por lo que las autoridades hicieron un angustioso llamado a los agricultores y campesinos frente a las llamadas ´quemas controladas´.
De las 800 hectáreas afectadas por los incendios forestales en el departamento, en 400 se ha perdido pastos y ganadería, siendo el más grande el registrado en el corregimiento de Aguas Blancas, en Valledupar.
El resto de hectáreas están en parte de la Serranía del Perijá, reportando afectaciones en cultivos de tomate, café, aguacate, plátano y cacao.
El fenómeno de El Niño que se viene presentando desde finales de 2018 ya deja varios saldos en rojo y abre la puerta para que se den graves afectaciones en el territorio colombiano. De los 689 municipios que mide el Ideam, cerca de 575 (51,1%) ya se encuentran en alerta roja y naranja por amenaza de incendios forestales y bajos niveles de agua.
Pese a que desde hace unas semanas el Ministerio de Ambiente, junto al de Minas y Energía activaron un plan de acción para controlar la situación, la falta de lluvias en algunas regiones, las olas de calor intenso y las heladas en las noches han generado que casi 90% de los ríos estén teniendo graves problemas en la reducción de sus niveles.
Ricardo Lozano, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, explicó que “la cuenca alta, media y baja del río Magdalena tienen bajos niveles. Prácticamente, 90% de los ríos están presentando graves problemas”.
La región Caribe y la de los Llanos Orientales (Meta, Vichada, Arauca, Casanare) son los lugares en donde se presenta mayor amenaza de incendios, indicó el funcionario, quien además advirtió que “las afectaciones reales hasta ahora están iniciando”.
Pese a que aún no se tiene una cifra estimada sobre el impacto real en términos económicos, este evento climático afectará, directamente, sectores como el agro, el transporte, la energía y el agua potable.
La primera temporada seca está establecida del 16 de diciembre al 14 de marzo; la primera de lluvias del 15 de marzo al 15 de julio; y los huracanes entre el 1 junio y 30 de noviembre de 2020.
Mientras que la segunda temporada de sequía, inicia desde 16 de julio hasta el 14 de Septiembre, para iniciarse la segunda época lluviosa hasta el 15 de diciembre de 2020.
De acuerdo a la Unidad de Gestión del Riesgo en el Cesar, las predicciones climáticas para el primer trimestre del año, indican que la sequía continuará en la zona rural de Valledupar, Astrea, El Paso y Aguachica; siendo Valledupar, Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico, El Paso, Aguachica y Pueblo Bello, las entidades con mayores riesgos de incendios.
Y así el trabajo de los bomberos de Valledupar continuará, su razón de ser, su vocación y espíritu de servicio seguirán despiertos como las llamas que se encienden en cada evento registrado en el municipio. Ellos siguen sin seguridad y a la espera que las gestiones no queden en conversaciones y se defina la designación de un nuevo comandante.